Vitoria - El encuentro del pasado jueves en el Palau Blaugrana había hecho renacer las esperanzas de que, en el momento cumbre de la temporada, el Baskonia fuera capaz por fin de ofrecer su mejor versión y estar a la altura que se le suponía al inicio de la competición. Sin embargo, ayer quedó claro que se trataba únicamente de un simple espejismo. Porque el duelo escenificado en el Buesa Arena sirvió para estamparse de nuevo de bruces contra la dura y triste realidad.
La caída no fue sino la confirmación de lo que ha estado sucediendo durante la mayor parte del curso, por lo que en absoluto puede considerarse una sorpresa. No obstante, sí llama la atención el colapso global sufrido en la cita que a la postre se ha convertido en la última de la temporada. Y es que el triunfo del Barcelona se consiguió a través de una demolición total de todas las líneas del oponente. Ni una sola pudo salvarse en la noche de ayer.
Comenzando por la dirección del juego, Heurtel estuvo muy lejos de la versión estelar que ofreció en el primer partido de la serie y el recién llegado Renfroe volvió a pasar completamente desapercibido. Ante estas facilidades, Huertas, Pullen y Sada pudieron campar a sus anchas y en todo momento pusieron el ritmo que más le convenía a su equipo y encontraron las mejores opciones. El mismo análisis puede aplicarse también para los exteriores, que perdieron absolutamente la batalla con sus pares. De esta manera, el tiro baskonista volvió a brillar por su ausencia de idéntica manera que su oponente encontró el aro con excesiva facilidad.
Por último, el juego interior volvió a poner de relieve los problemas que encuentra Tibor Pleiss cuando debe medirse a pívots poderosos físicamente. Al igual que le sucedió en el encuentro de ida, el alemán estuvo casi completamente anulado por sus adversarios -especialmente el exbaskonista Dorsey- y lo mismo puede decirse de Hamilton e incluso Nocioni. En resumen, un equipo muy inferior en todas sus líneas que quemó sus escasas naves con el bravo intento de dar la sorpresa en el Palau y llegó sin opciones a la cita de ayer.
Lampe. El exjugador baskonista, actualmente enrolado en el Barcelona, realizó unas desafortunadas declaraciones antes del choque de ayer apuntando que no le gustaba "nada" del Baskonia, lo que provocó que fuera recibido con mucho 'cariño' por la grada.
Los pronósticos se cumplieron y los Heat de Miami completaron otra gran exhibición de juego de equipo ante los Pacers de Indiana, a los que derrotaron por 117 a 92 en el sexto partido de la final de la Conferencia Este para acceder a la gran final de la NBA.