barcelona - Con ese sabor agridulce y esa cara de circunstancias que delatan a un técnico cuando la derrota le llega en los instantes finales compareció Sergio Scariolo tras el partido en el Palau. Y lo hizo felicitando a sus jugadores por la lección de orgullo ofrecida y la satisfacción de dejar abierto el partido de vuelta, donde será necesario subsanar algunos desajustes como "no haber sabido controlar mejor a Navarro y Oleson", sugirió ayer el italiano. Reforzó la imagen de su plantel después insistiendo que a pesar de los continuos hachazos que propinaba el Barça "el equipo nunca ha bajado los brazos", y lamentó que al final "llegáramos justos de fuerzas", lo que privó al Baskonia de un desenlace distinto. "Felicito a mis jugadores por el esfuerzo y el orgullo, pero habíamos venido aquí para ganar", añadió.
Cuestionado sobre Heurtel y, sobre todo, Hamilton, no tuvo reparos el de Brescia en alabar el trabajo de ambos ayer. "A Thomas hay que darle confianza y tener paciencia porque es un grandísimo valor que ha estado muy cuestionado pero que está evolucionando muy bien. Va mejorando en la lectura de juego, en el compromiso, pero ha llegado muy fundido al final y ahí ha perdido algo de lucidez. Y a Lamont, que está en unas condiciones precarias y cuyo nivel físico es el que es, hay que agradecerle el enorme esfuerzo que ha hecho hoy (por ayer), donde el dolor en algunos momentos ha sido insoportable".