Zaragoza - Todas las miradas estaban depositadas en él antes del salto inicial. Uno de los mayores alicientes de la visita a Zaragoza, además de la búsqueda de un triunfo indispensable para asegurar la presencia en los play off por el título, residía en comprobar las evoluciones de la última cara nueva incorporada por el Baskonia para dotar de consistencia a una demarcación en permanente tela de juicio durante los últimos años desde el adiós de Pablo Prigioni. Mientras el sentenciado Peppe Poeta siguió el choque sentado desde el banquillo, el debut de Alex Renfroe con la elástica azulgrana no pasará a la historia por motivos obvios. Poco se le podía exigir a un recién llegado que apenas ha realizado tres entrenamientos en la centrifugadora del Buesa Arena y lógicamente carece de química con sus compañeros.
El zurdo estadounidense, procedente del Enisey ruso y con experiencia en la ACB tras su paso por el Valladolid durante la temporada 2012-13, dejó más sombras que luces en su primera aparición. Sus indudables ganas de agradar se dejaron sentir desde que Scariolo ordenó su entrada a falta de cuatro segundos para la conclusión del primer cuarto. Reclutado básicamente para aumentar la munición de la cuerda exterior y apretar las tuercas al uno rival en labores de contención, ese exceso de fogosidad tuvo como contrapunto el peaje de las personales. Su ilegal uso de las manos y del cuerpo en los desplazamientos laterales fue penalizado en varias ocasiones por unos colegiados que, si bien consintieron brotes de dureza y contactos bruscos en algunos tramos de la contienda, no hicieron en su caso la vista gorda.
Con su flamante fichaje al mando de las operaciones, el Laboral Kutxa vivió los instantes más críticos del partido. El CAI, revolucionado por la entrada del escurridizo Tabu, se colocó mediado el segundo acto cuatro puntos arriba (30-26), lo que obligó rápidamente al preparador transalpino a devolver a pista a Heurtel. No es que Renfroe fuera el culpable de la rebelión local, pero el conjunto vitoriano se sintió inseguro en las manos de un director que todavía no ha entablado una sociedad con algún compañero y precisará de mas rodaje y partidos para acreditar su utilidad.
En su segunda aparición en el Príncipe Felipe, ya con el encuentro muy encauzado a favor de los alaveses, Renfroe dejó sensaciones más positivas. Ingresó cuando el marcador reflejaba un momentáneo 50-62 y esta vez el Baskonia no se resintió bajo la batuta de un timonel inmerso en una frenética contrarreloj para familiarizarse cuanto antes con los sistemas y sus nuevos compañeros. Su previsible timidez inicial dio paso a un jugador más predispuesto para la toma de decisiones. Eso sí, la falta de automatismos quedó patente con tres pérdidas infantiles que, sin embargo, carecieron de trascendencia en el resultado final.
En cuanto a su aportación ofensiva, habrá que esperar para extraer conclusiones. Se atisbó un base con buen manejo de balón, ágil a la hora de penetrar y con una mecánica de tiro algo extraña. Un triple suyo sirvió precisamente para clausurar el tercer cuarto (58-74). Visto que la victoria no corría peligro y que el CAI estaba resignado a su suerte, Scariolo mantuvo al estadounidense durante los instantes iniciales del último periodo. En definitivo, un estreno sin grandes alardes que no sirve para aclarar si el Laboral Kutxa ha conseguido, de una vez por todas, hallar un solvente escudero para Heurtel.
Nocioni. El agente del argentino, Claudio Villanueva, reveló ayer a través de twitter que el jugador baskonista seguirá jugando, al menos, dos años más. Sin embargo, no aclaró si el 'Chapu' seguirá vistiendo los colores azulgranas la próxima campaña.