Vitoria - El rumor comenzó a propagarse la semana pasada en Nueva York sin que muchos le dieran excesiva credibilidad. Sin embargo, todo ha ido cogiendo forma y el inminente anuncio de su fichaje corrió ayer como la pólvora a través de las redes sociales antes de que la fase regular de la NBA quede clausurada esta madrugada. Lamar Odom, la frustrada primera medida de Josean Querejeta para promover la refundación del Baskonia, dispondrá de una nueva oportunidad para reengancharse al baloncesto a sus 34 años en el conjunto de su ciudad natal si su físico le respeta y adquiere un estado de forma mínimamente aceptable para competir.
En la recta final de la recuperación de su dolencia lumbar que supuso hace semanas su prematura marcha de Vitoria, la llegada del ala-pívot nacido en Queens a los Knicks podría hacerse oficial hoy mismo si se liman los últimos flecos de las negociaciones entabladas por sus agentes con Phil Jackson. La franquicia del Madison Square Garden, cuyo nuevo jefe de operaciones es precisamente el hombre que mayor rendimiento ha obtenido de Odom a lo largo de su carrera cuando ambos posibilitaron una de las etapas más doradas de los Lakers, se encuentran a punto de cerrar un movimiento más mediático que rentable a nivel deportivo.
Las malas lenguas hablan de que este ángel caído de la NBA, ya de vuelta como dejó patente en la capital alavesa, puede suponer la cortina de humo perfecta que minimice los ecos del estrepitoso fracaso de la ausencia de Nueva York en las inminentes series finales por el título. De momento, se desconocen los términos exactos del acuerdo entre las dos partes debido al controvertido estado de una antigua estrella inmersa desde hace años en una imparable decadencia y más conocida últimamente por su agitada vida extradeportiva que por sus canastas.
Según las informaciones recogidas en la prensa estadounidense, el nuevo presidente de los Knicks no tiene previsto ofrecer un contrato garantizado a Odom. Hasta alcanzar la certeza de que podría ser alguien útil para un próximo proyecto donde la continuidad de Carmelo Anthony - su estrella más rutilante- es una incógnita, no desea comprometer ningún euro de la importante chequera que precisará para disparar la ilusión de los decepcionados aficionados neoyorquinos.
En las altas esferas de uno de los equipos con más solera y tradición de la NBA, no se pretende dar ningún paso en falso con una figura que en Estados Unidos ha perdido todo su prestigio como baloncestista y que incluso es objeto de la más ácida burla. Aunque el precedente de su triste papel en el Baskonia -donde únicamente actuó 23 minutos repartidos en dos encuentros- ya deja entrever su ocaso, la idea reside en trabajar duramente con él a lo largo de este verano, comprobar de primera mano si "física y mentalmente" puede responder a la exigencia de la competición americana y si queda algo de magia en sus manos.
En función de cómo responda su magullado cuerpo, Odom podría convertirse a todos los efectos en compañero de Prigioni a partir de la próxima temporada en la Gran Manzana. También cabe la opción de que el ex de los Lakers, con más de 1.000 encuentros en la NBA, pueda ser una moneda de cambio para acometer la drástica revolución de su plantilla, aunque esta última opción parece bastante remota. En espera de lo que depare el futuro, la confirmación del fichaje ya sería inminente.