Barcelona - Hubo de colocarse ayer el personal las singulares gafas de Google para ver la mejor versión del Chapu Nocioni desde hacía tiempo. 37 puntos en su mejor registro en Euroliga que permitieron al equipo remotar un partido tras el descanso que caminaba una vez más hacia el abismo. La soberbia actuación del de Santa Fe incendió las redes sociales y, lógicamente, despertó la admiración de su vestuario, testigo ayer de unas de esas gestas para la historia. En rueda de prensa, el máximo responsable del grupo, Sergio Scariolo, valoraba la actuación del argentino. "Lo del Chapu ha sido brutal; tras el descanso he sentido que había que darle un empujón de responsabilidad hacia adelante y la respuesta ha sido muy buena", sostuvo el italiano, que añadió: "Espero que esta actuación sea un punto de inflexión, quizá más mental que físico, para que Andrés recupere la confianza y salga de ese bache en el que llevaba metido desde hacía un mes". Respecto a la resolución propia del partido, el técnico celebró la "forma" en que se produjo el triunfo por no ser ésta "habitual", y felicitó a sus jugadores por la remontada y por haber "madurado una grandísima defensa en el tercer cuarto que nos ha permitido recuperar confianza". Un partido jugado a un altísimo nivel por parte del Baskonia que lamentablemente llega cuando apenas había nada en juego. Una tónica, por cierto, que no es nueva en la presente temporada.
En este contexto, con un Palau enrabietado y una afición crispada por la actuación arbitral, emergió la figura del verdadero protagonista de la noche. En los micrófonos de Radio Vitoria, el argentino valoró su extraordinaria actuación con un halo de modestia que no hizo sino engrandecer aún más su ya de por sí tremendo peso en el equipo. Sugirió el de Santa Fe que ya en su juventud solía hacer cosas parecidas, aunque también evidenció que la intranscendendia del partido -ni Barça ni Baskonia se jugaban nada- ayudó a soltarse de esta manera. La doble cara que a estas alturas de la temporada continúa mostrando el conjunto baskonista, capaz de lo mejor en un partido y lo peor en el siguiente, representa un termómetro perfecto para calibrar el hastío de jugadores como el propio Nocioni, incapaz de adivinar qué Baskonia será el que salte el domingo en el Buesa ante el Basket Manresa.