Vitoria - El Baskonia va a vivir un verano convulso en el que la limpieza en la plantilla debe ser total y drástica por muchos motivos. Tras cuatro últimas temporadas plagadas de sinsabores en las que el equipo vitoriano no ha coleccionado títulos, finales y, lo que es peor, tampoco ha competido en la mayoría de los casos, Josean Querejeta tiene ante sí el enorme reto de ilusionar a una masa social cada vez más desencantada con el peligroso rumbo de los acontecimientos. Está en juego mucho dinero derivado de la masiva desbandada de abonados y patrocinadores, descontentos con una deriva inquietante de un club que ha perdido ese ojo clínico a la hora de hallar mirlos blancos en el mercado. De ahí la importancia de no repetir los numerosos errores del pasado y acertar de una vez por todas con la masiva llegada de fichajes que permitan al Laboral Kutxa recuperar el prestigio y el carácter de antaño.

Dentro de la célebre refundación prometida hace varias semanas por el presidente azulgrana y que arrancó precisamente con un fichaje de campanillas como Lamar Odom, que a la postre significó un absoluto desastre desde el plan deportivo, las novedades deben ser variadas para dar aire fresco a un vestuario plagado de medianías que no están dando la talla y a las que una camiseta tan lustrosa como la vitoriana les queda demasiado grande. Algunas salidas, sin ir más lejos la de Tibor Pleiss, no serán aconsejables a nivel deportivo pero sí imprescindibles para cuadrar los números y oxigenar las arcas del Buesa Arena. Otras, en cambio, deben producirse sí o sí porque las carencias del equipo son evidentes en todas las facetas del juego. Esta evidencia se ha hecho más que patente este año no sólo en Euroliga sino también en el campeonato doméstico. Sin embargo, este ferviente deseo de hacer borrón y cuenta nueva choca bruscamente con los contratos de larga duración que el Baskonia firmó en el pasado a la mayor parte de sus integrantes. Salvo Giuseppe Poeta, Andrés Nocioni y Leo Mainoldi, cuyos vínculos finalizan este próximo 30 de junio -en el caso del cuatro llegado del Fuenlabrada, la entidad dispone de una opción unilateral para ampliarlo un año más-, los restantes integrantes en manos de Sergio Scariolo tienen garantizada en un papel su continuidad en la capital alavesa. Y ese es un problema de dimensiones mayúsculas para concretar una rescisión, tal y como ha quedado patente en años anteriores con Fernando San Emeterio, cuya astronómica ficha (en torno a 1,6 millones de euros) ha disuadido a posibles interesados a la hora de incorporarle a sus filas.

Entre estos últimos se encuentran, además del alero cántabro -que acaba su relación con el Baskonia en 2015-, Thomas Heurtel (2015), Lamont Hamilton (2015), Walter Hodge (2015), Fabien Causeur (2016), David Jelinek (2016), el citado Tibor Pleiss (2016) y Adam Hanga (2017). De todos ellos, nadie duda de que el poste alemán abandonará la disciplina alavesa dado el buen rendimiento ofrecido en las dos últimas temporadas. La duda estriba en saber si lo hará a la NBA o a algún conjunto de postín en Europa, lo que reportaría pingües beneficios a las arcas azulgranas.

Cotización dudosa Otro jugador susceptible de dejar euros en la caja es el francés Heurtel, de lo poco salvable en una campaña ciertamente decepcionante y que el pasado verano ya estuvo en el punto de mira de algún rico del baloncesto turco como el Anadolu Efes. Si el Laboral Kutxa no recibe una oferta interesante por sus servicios, le urge acometer en breve su renovación porque su contrato expira dentro de un año y no puede permitirse el lujo de que uno de sus mejores activos se marche gratis. El problema es que la cotización de los restantes jugadores con contrato en vigor en Vitoria se encuentra casi por los suelos. No se espera ninguna oferta por ellos, de ahí que Querejeta deba hilar fino para conseguir su propósito de liberar varias taquillas y hacer hueco a las futuras adquisiciones. El dirigente siempre se ha distinguido por ser un hábil negociador, pero de lo que no hay duda es que todos esos jugadores colocados en la rampa de salida tienen asegurados unos emolumentos importantes en el Baskonia que difícilmente percibirán en otro lugar. Como querrán hacer valer sus derechos, la partida de ajedrez promete ser dura y larga.