vitoria. Lo bonito y también cruel del deporte es que, en apenas cuarenta y ocho horas, uno puede salir del infierno para adentrarse en el cielo. El baloncesto siempre brinda ocasiones para la redención y el Baskonia tiene ante sí hoy una oportunidad de oro para amarrar un nuevo objetivo en la presente angustiosa temporada y no circular a través de la competición con los mofletes enrojecidos durante los próximos meses. Si el viernes soliviantó el ánimo de sus aficionados con una actuación incalificable ante el Olympiacos, esta tarde puede cicatrizar las heridas, olvidar el amargo sinsabor acaecido en la Euroliga y evitar un fracaso mayúsculo que supondría una considerable pérdida de prestigio dentro del universo ACB.

Tras una primera vuelta repleta de vaivenes y derrotas difícilmente comprensibles para un conjunto de su pedigrí, el polideportivo Fernando Martín emitirá el veredicto definitivio respecto a la presencia azulgrana en la inminente Copa del Rey que se celebrará del 6 al 9 de febrero en el Martín Carpena de Málaga. Como los sospechosos estudiantes que dejan pasar continuamente sus oportunidades y realizan sus deberes al final, dieciséis jornadas no han bastado para que el Laboral Kutxa haga realidad una meta resuelta con mucha antelación a lo largo de los ejercicios anteriores.

La última ausencia azulgrana en el torneo del K.O. data de la edición de León celebrada en 1997. Desde entonces, esta competición dotada de un encanto singular y que moviliza todos los años a centenares de aficionados vitorianos no se entiende sin la presencia del inquilino del Buesa Arena, que ha conquistado seis entorchados a cada cual más emotivo. Ver por televisión la Copa supondría un terrible golpe bajo y un fracaso de dimensiones siderales para un club que en la campaña 2011-12 ya debió rumiar su prematura eliminación a las primeras de cambio en la Euroliga.

sin ausencias Los miedos están justificados antes del salto inicial tras la calamitosa imagen ofrecida ante el Olympiacos. En el sur de Madrid, en cambio, no habrá excusas de ningún tipo. En primer lugar, porque Scariolo dispondrá de su arsenal al completo -solo Hodge se quedó en Vitoria a la espera de que se desbloquee la rescisión de su contrato-, toda vez que San Emeterio y Hanga formaron parte de la expedición. La condición física de los dos aleros no es la ideal tras sufrir hace escasas fechas un esguince de tobillo y una contusión muscular respectivamente, pero si hay una jornada para correr riesgos y poner toda la carne en el asador no es otra que la de hoy por motivos obvios. Enfrente no emergerá un campeón europeo comandado por un genio como Spanoulis, sino un modesto de la Liga ACB que ha perdido cinco de sus ocho partidos como local y concentra básicamente su peligro en dos veteranos del Vietnam como Carlos Cabezas y Andy Panko.

Las cuentas están claras para un Baskonia inmerso en una situación límite pese a haber ganado, con un suspense evidente, los cuatro últimos compromisos domésticos ante el Obradoiro, el Barcelona, el Gipuzkoa Basket y el CAI Zaragoza. Ello le permite depender exclusivamente de su propio resultado, aunque todavía sigue viva la opción de que el conjunto vitoriano esté clasificado para la Copa antes del salto inicial en función de otros resultados. En la jornada de ayer, hubo un resultado favorable y otro negativo para sus intereses. La lógica se cumplió con la aplastante victoria del CAI ante el Murcia y la derrota del Joventut en Valencia, por lo que aún es factible la participación en suelo costasoleño sin llegar a vestirse de corto.

Para ello, el Laboral Kutxa necesita que el Cajasol caiga en su pista ante el Barcelona y la Bruixa d'Or sorprenda al Iberostar en Tenerife. En caso de éxito chicharrero y una posterior derrota de los alaveses, el billete copero no correrá peligro solo si el Gipuzkoa cae en el Palacio de los Deportes ante el Estudiantes. Nadie duda de que a la tropa de Scariolo le irá mejor si vive pendiente únicamente de mejorar su inconstante baloncesto y exhibir otro talante en una pista donde, tradicionalmente, ha padecido serios apuros en los últimos tiempos. Hay muchas cosas en juego como para no dejarse la vida y bajar al barro en el duelo más importante de la historia reciente de un club cuya pujanza en todos los frentes ya no es la misma.