vitoria. El Olympiacos aterrizará este viernes en el Fernando Buesa Arena inmerso en su peor momento de forma de los dos últimos años. Así lo atestiguan sus recientes varapalos en la Euroliga ante el Emporio Armani y el Barcelona que le han relegado varias posiciones en el Top 16, y el cosechado ayer (58-48) frente al Panathinaikos en su torneo doméstico tras una monumental parálisis ofensiva dentro del último cuarto que desequilibró una contienda pareja a lo largo de treinta minutos. Otro resultado inesperado para un bloque que ha ganado las dos últimas Euroligas y, sin embargo, se está diluyendo como un azucarillo en los últimos tiempos víctima, en parte, del mal estado de su estrella (Spanoulis) y la grave lesión sufrida por Acie Law, un base que se perderá lo que resta de curso.

No entró ni un alfiler en un abarratado OAKA para acoger el clásico del baloncesto griego llamado a decidir el liderato de la fase regular y, por tanto, la ventaja de campo en la hipotética final del play off por el título. Panathinaikos y Olympiacos afrontaban la velada igualados a doce victorias en la clasificación, pero el trabajado éxito del conjunto del trébol deshizo el empate tras un partido soporífero y de perfil árido en el que las defensas siempre se impusieron a los ataques.

La tensión se apoderó de un duelo donde dos transatlánticos de la Euroliga firmaron unos bochornosos guarismos ofensivos. El bajo tanteador y los paupérrimos porcentajes de tiro fueron una constante en una velada donde los pesos pesados estuvieron difuminados. Spanoulis, inutilizado por Bartzokas durante la práctica totalidad del último cuarto, y Diamantidis fueron engullidos por unas fuertes defensas que apenas les dejaron margen para mostrar su inmensa calidad. No obstante, el Panathinaikos no lo acusó tanto como su oponente.