vitoria. Cuando los niños pequeños se dan algún golpe -algo bastante habitual lógicamente en esa fase de nuestra vida-, acostumbran a correr como locos en busca de la crema mágica que les administran sus padres cuando tiene lugar un accidente de este tipo. En la mayoría de las oportunidades, el remedio no es necesario pero lo cierto es que tiene un efecto placebo inmediato que hace que el hasta ese momento desconsolado llanto del menor cese por completo. Pues bien, en una situación muy similar se encuentra actualmente el Laboral Kutxa. Tras recibir varios golpes consecutivos e inesperados, la escuadra vitoriana parte de viaje hacia Valladolid en busca de un imprescindible bálsamo reparador.
Y es que en estos momentos una victoria, aunque sea de rango menor como a todas luces lo sería ante un adversario débil como el combinado pucelano, es el único remedio que puede ayudar a restañar las heridas abiertas en el plantel de Sergio Scariolo. Después de caer con estrépito en su anterior salida liguera (frente al Cajasol sevillano por veinte puntos) y el pasado jueves en el Buesa Arena dentro de la Euroliga, el equipo no puede permitirse un nuevo tropiezo que, sin duda, elevaría hasta grados difícilmente soporrtables el grado de la tensión.
Sobre todo teniendo en cuenta que el balance hasta el momento en la competición doméstica es de un paupérrimo 1-3 y que el rival dispone de un potencial infinitamente inferior al de la entidad de Zurbano. Sumido en una gravísima crisis económica, el Valladolid estuvo a punto de desaparecer el pasado verano y sólo en el último momento dio con los mínimos recursos necesarios para afrontar otro curso en la élite del baloncesto español. Sin embargo, su situación continúa siendo dramática y se ha victo obligado a confeccionar una plantilla de retales en la que resulta casi imposible encontrar un nombre para destacar.
Ahora bien, eso es lo que dice la teoría, porque la práctica, en la actualidad, refleja otra cosa bien diferente. Porque pese a la gran diferencia que existe en prácticamente todos los ámbitos entre los dos conjuntos que se enfrentarán en la matinal de hoy sobre el parqué del pabellón Pisuerga, lo cierto es que su situación clasificatoria es idéntica. Únicamente el peor basketaverage condena al Valladolid a ocupar la primera de las plazas de descenso, mientras que el Baskonia se sitúa, justo un peldaño por encima al borde del abismo.
Por todo ello, el encuentro de hoy únicamente admite un resultado posible desde la óptica vitoriana, el triunfo visitante. Y a ser posible con un importante grado de comodidad que permita comenzar a reconstruir el juego y la moral de un grupo que hasta el momento sólo ha sido capaz de transmitir buenas sensaciones de manera continuada en el choque disputado en Vilnius frente al Lietuvos Ritas.
Heurtel por Causeur Como ya es una costumbre desde que arrancó la temporada, Sergio Scariolo contará con importantes bajas para afrontar este compromiso. Porque tanto Hanga, como Hamilton y Causeur continúan de baja tras no haberse podido recuperar de sus respectivas dolencias.
El caso más preocupante es sin duda el del francés, ya que lo que comenzó siendo aparentemente una gastroenteritis no termina de remitir y está siendo sometido a diferentes pruebas para tratar de encontrar el origen del problema que le impide incluso entrenar. Para cubrir su hueco en la expedición, el club dio de alta ayer a su compatriota Thomas Heurtel, que se desplazará con el resto del grupo hasta Valladolid. Sin embargo, su presencia sobre el parqué no es segura y dependerá de la evolución que protagonice en las horas previas a la disputa de la contienda.