Vitoria. Un agujero negro en toda regla. Desastre total. En pocas ocasiones resulta tan evidente como en el encuentro de ayer en Sevilla que no hay prácticamente nada positivo que rescatar de la actuación de un equipo. El Baskonia fue un espectro en el pabellón San Pablo de la capital hispalense y su imberbe adversario pudo recordar sus todavía cercanos tiempos de niñez para dedicarse a jugar con él. Sin oposición alguna. Ante semejante rejón de castigo, al máximo responsable del banquillo vitoriano no le quedó más remedio que comenzar entonando el mea culpa por lo sucedido. Y es que absolutamente nadie se salvó del caos.
Así lo reconoció sin ambajes Sergio Scariolo, que puso de relieve sin paños calientes que esta versión del Laboral Kutxa dista mucho de la que pueda estar en condiciones de pelear por los objetivos marcados. "Si queremos competir en dos competiciones tan exigentes como la Euroliga y la ACB tenemos que acostumbrarnos a que en dos días debemos ser capaces de resetear y estar con la máxima concentración y preparados mentalmente para afrontar el siguiente partido. Puede que tengamos algunas fuerzas menos pero precisamente por eso el aspecto mental es básico y resulta evidente que en esta ocasión no lo hemos tenido. Y cuando eso sucede el principal responsable de no hacérselo entender a los jugadores es el entrenador", argumentó.
En este sentido, el técnico nacido en Brescia insistió en que la falta de predisposición psicológica motivó que también brillara por su ausencia la más mínima coherencia en el juego. "Hemos olvidado por completo conceptos básicos del baloncesto, sobre todo al inicio del partido. Con ello le hemos permitido al Cajasol meterse en el encuentro y coger una ventaja cómoda que le ha dado tranquilidad para gestionar la diferencia cuando nosotros hemos tratado de reaccionar", señaló.
Aunque no quiso utilizarlo de excusa, Scariolo destacó que este Baskonia aún tiene "muchos conceptos cogidos con alfileres" y, por lo tanto, todavía le resta un largo trabajo por delante. Sin embargo, quiso dejar claro cuál debe ser el camino por el que se desarrolle esa dura tarea. "Por diferentes cuestiones hay jugadores que todavía no tienen asimilada la dinámica del equipo pero lo que no puede ser es que los que ya están rodados traten de resolver las situaciones con acciones individuales. El exceso de corazón no nos hace crecer como equipo, tiene que ser el trabajo conjunto de todo el grupo", concluyó.