cuando Aíto García Reneses ganó el primero de sus nueve títulos de la Liga ACB, allá por la temporada 1986-87 -anteriormente ya había alzado una Recopa, una Copa del Rey y una Copa Korac y es el único técnico en activo que ya dirigía en la antigua Liga Nacional-, su hoy pupilo Marcos Mata estaba a punto de cumplir un año en su Mar del Plata natal. El alero argentino es el integrante más veterano de su plantel a pesar de contar solo con 27 años. Los otros once jugadores que componen la actual plantilla del Cajasol no habían ni siquiera nacido cuando su actual preparador ya comenzaba a amasar trofeos por doquier al frente de ese Barcelona al que puso a la altura del Real Madrid. El más longevo de los técnicos españoles, que a punto de alcanzar los 67 años no parece pensar en la jubilación de la canasta, maneja en estos momentos la plantilla más joven de toda la competición nacional, con una media de edad de 21 años, muchos proyectos de futuro ilusionantes y, al mismo tiempo, enormes problemas en el presente en una Liga Endesa en la que la experiencia es un grado que les falta a los sevillanos. El Cajasol hasta la fecha no ha conseguido estrenar su casillero de victorias y cierra la clasificación de la ACB a la espera de que la calidad de muchos de sus jugadores explote dentro de una competición que ha perdido calidad por todos sus costados por culpa de la crisis.
La falta de dinero es una rémora que afecta a casi todos los clubes y en Sevilla se ha optado por la calidad de los jóvenes. Tanto es así que se trata del equipo con menor media de edad de toda la Liga Endesa, con poco más de 21 años de edad media entre sus doce jugadores. El techo lo rompe por arriba el alero argentino Marcos Mata (27), mientras que la pareja de extracomunitarios formada por Latavious Williams y Scott Bamforth se queda en 24. Los bases Tomas Satoransky y Josep Franch, con 22 años, son los dos últimos que superan la media de un equipo que cuenta, incluso, con un par de integrantes que han llegado recientemente a la mayoría de edad.
La falta de experiencia es un obstáculo innegable para el Cajasol, pero si hay un entrenador acostumbrado a sacar partido de los jóvenes talentos ese es Don Alejandro. En diciembre de 2012 cumplía cuatro décadas en los banquillos (Esparreguera, Círculo Católico, Joventut, Barcelona, Unicaja y Cajasol han sido sus clubes, además de haber sido seleccionador nacional absoluto y en categorías inferiores) y en todo este tiempo le ha dado para inventar muchas cosas dentro y fuera de las pistas y también para dar la alternativa a varios jugadores que dominaron el panorama de la canasta en España, Europa y, actualmente, allende el Atlántico en la NBA. Nunca le ha temblado el pulso a la hora de apostar por el talento sin fijarse en los años que señalase un DNI y los últimos ejemplos los representan Pau Gasol, Juan Carlos Navarro, Rudy Fernández o Ricky Rubio.
En el Barcelona los jóvenes estaban rodeados de veteranos talentosos, mientras que en su última etapa en el Joventut la explosión de talento fue espectacular. Ahora la calidad no es tanta y tampoco hay jugadores curtidos en los que apoyarse. Y, pese a ello, casi toda la ACB tiene puestos sus ojos en Sevilla esperando para ver cómo evolucionan todos esos diamantes que pule con mimo el técnico madrileño a las orillas del Guadalquivir.
La pieza más cotizada, una auténtica realidad, es Satoransky -en los tres primeros partidos ha llevado el peso del equipo junto a la pareja de americanos formada por Bamforth y Williams-, que no estaría en Sevilla de haber conservado su originaria condición de jugador de formación y que en Vitoria siempre ha gustado mucho por ser un director de juego que supera los dos metros de altura. El base checo fue una de esas apuestas que últimamente ha realizado el club sevillano por jóvenes europeos que enseñan su talento y a los que contrata para sus categorías inferiores. Una política muy similar a la que se sigue en Vitoria y que comienza a dar sus frutos con jugadores que ahora, encima, tienen la ventaja de ser cupos al haber estado compitiendo en España durante un mínimo de tres años. Son los casos del alero georgiano Beka Burjanadze (19 años, 2 metros) y, sobre todo, del ala-pívot letón Kristaps Porzingis (18 años y 2,12 metros), una de las grandes sensaciones del último Europeo junior y que ahora se pule en la Liga Endesa de la mano del viejo maestro que quiere sacar adelante otra promoción dorada.