vitoria. Sergio Scariolo trabaja contrarreloj. Al nuevo Laboral Kutxa, remodelado en profundidad este verano, le quedan muchos ajustes por delante para convertirse en el equipo que el italiano espera que llegue a ser y apenas dispone de dos semanas para culminar tantos como sea posible antes de enfrentarse al primer gran reto del curso, una Supercopa en la que ejercerá como anfitrión. Scariolo, técnico experto, conocedor del club, de la ciudad y de los condicionantes que rodearon este año la confección de la plantilla, sabe que la hinchada baskonista ausculta con microscopio las evoluciones de un colectivo que el domingo, en Getafe ante el Fuenlabrada, sumó su primera victoria de la pretemporada pero que, por el momento, ofrece más interrogantes que garantías.
Los tres primeros ensayos de preparación apenas han permitido vislumbrar algunos detalles de las novedades que Scariolo introducirá en el equipo. Ausentes por lesión o por citaciones internacionales algunos de los puntales del nuevo proyecto, sí se ha comprobado que el italiano pretende meter en dinámica al mayor número de jugadores posible, incluidos los jóvenes valores de la cantera, por lo que pudiera deparar el futuro. Y más aún en un contexto en el que las apreturas económicas que padece el club podrían limitar el margen de maniobra en caso de que la desgracia llegara en forma de lesiones.
El preparador lombardo trata de incorporar al plantel azulgrana algunos de los rasgos característicos y comunes en todos sus proyectos previos. Tal y como se había anunciado, e incluso confirmado por algunos de los inquilinos del vestuario, esta nueva versión del conjunto baskonista se apoyará en una mayor agresividad defensiva, tratará de jugar transiciones rápidas y actuará con cuatro jugadores abiertos en estático, estrategia para la que Andrés Nocioni, que ya ha interpretado ese papel con éxito antes, se convertirá en una pieza aún más importante de lo que fue el pasado curso. Ante la merma de talento, el nuevo Laboral Kutxa tirará de físico y, a tenor de las campañas de imagen con las que se trata de seducir al socio pródigo, de carácter, aunque éste es un aspecto que los jugadores deberán refrendar sobre el parqué más que en las fotografías de los carteles.
la partitura de scariolo La partitura de Scariolo está escrita sobre el papel. La duda estriba en saber si los músicos contratados disponen de los requisitos precisos para interpretarla y hacerla sonar con cierta armonía. El italiano, técnico veterano, tampoco quiere pillarse los dedos. Su discurso en sala de prensa ha deslizado en sus primeras comparecencias un mensaje muy claro: "Tendremos que sacar el máximo partido a esta plantilla para poder competir", reiteró el domingo en Getafe. Desde fuera, da la impresión de que el propio técnico es consciente de que los mimbres son los que son y de que, más allá de su confianza en el proyecto, sabe como la mayoría que el nivel de competitividad al que podrá aspirar el cuadro baskonista es probable que no alcance cotas pretéritas.
El italiano, pese a todo, asume el reto que la directiva puso en sus manos. Y pelea contra el tiempo para dar forma al equipo antes de que dentro de apenas doce días se eleve el telón de la nueva campaña. En Vielha, destino al que se dirigirá la expedición azulgrana esta mañana para permanecer una semana de stage, el preparador transalpino deberá realizar los últimos ajustes, que podrá probar ante el CAI Zaragoza, el próximo domingo, y el Asvel Villeurbanne en el Trofeo Diputación.
En la localidad ilerdense, en un entorno puramente baloncestístico, Scariolo tendrá asimismo la oportunidad de disponer por primera vez de todos sus efectivos, ya que Thomas Heurtel y el capitán Fernando San Emeterio, hasta el domingo disputando el Eurobasket, se incorporarán a la concentración el jueves. El reloj sigue corriendo. Los ensayos se van agotando.