Getafe. Queda mucho camino aún por recorrer. Hay más distancia entre el punto actual de la plantilla y el destino pretendido por Sergio Scariolo que tiempo para ejecutar ese programa de adaptación. Sin embargo, poco a poco se aprecian ya en el nuevo Laboral Kutxa las señas de identidad que regirán su travesía en los próximos meses. A pesar de las escasas horas de cocción de la receta y del reducido tiempo del que han dispuesto para amoldarse a la nueva camiseta algunos elementos del plantel baskonista, en el encuentro de ayer se vislumbraron esperanzadoras muestras de lo que pueden llegar a ofrecer determinados jugadores a un equipo todavía en construcción. Sergio Scariolo parece dispuesto a ofrecer oportunidades a las jóvenes perlas de la cantera. Al menos, está consiguiendo que se sientan integrados en la dinámica del colectivo. Daniel Bordignon, Devon Van Oostrum y Carlos Martínez dispusieron de minutos en el tercer ensayo del curso y cumplieron con desigual descaro. Mientras al gallego, un jugador de futuro prometedor, se le vio aún algo tímido a la hora de asumir responsabilidades, tanto el británico, llamado a tener su cuota de protagonismo esta temporada, como el brasileño optaron por no esconderse.

El resto de los nuevos ofrecieron sensaciones dispares. Ninguno cuajó una actuación redonda, pero todos ofrecieron pinceladas de lo que pueden aportar el equipo azulgrana. Hamilton regaló intensidad y físico bajo los aros cuando a Pleiss más le costó dar réplica a Diagne, una roca en la zona. El neoyorquino fue de lo mejor en el primer tiempo, y estuvo presente en el tramo final, cuando se decidía la victoria, aunque se le vio algo más relegado a un segundo plano, sobre todo cuando Nocioni se echó el equipo a las espaldas.

Clark no jugó. Tal y como sucedió el sábado, el británico realizó la rueda de calentamiento y se sentó en el banquillo junto al resto de sus compañeros, pero no disfrutó de minutos para exhibir su lanzamiento exterior. Sí lo hizo Hodge, que evidenció que puede aportar tanto como base como en la posición de escolta. El timonel puertorriqueño se convirtió en uno de los brazos ejecutores del cuadro azulgrana en el parcial demoledor que el cuadro vitoriano endosó entre el final del tercer cuarto y el principio del último y supuso la voltereta en el marcador que a la postre posibilitó el primer triunfo baskonista.

Filip Videnov, el único de los temporeros que gozó de la ocasión de jugar ayer, realizó una actuación sobria pero discreta. El exterior búlgaro aportó solidez atrás y experiencia en ataque, dos aspectos que convencieron a un Scariolo que, pese a todo, no quiso pronunciarse sobre la posibilidad de que pudiera ser un sustituto temporal de Hanga en caso de que el exjugador del Manresa no logre recuperarse a tiempo para iniciar la temporada, algo que ahora mismo se contempla como una sólida posibilidad.