Los s tiempos cambian, la crisis acucia pero, sin embargo, el Baskonia sigue en cuadro como cada verano. Sigue en cuadro por motivos alegres para la parroquia baskonista y es que, de nuevo, varios de sus internacionales transitan por el Viejo Continente preparando el campeonato de selecciones nacionales que arranca este miércoles en Eslovenia.

Si antaño el Baskonia surtía a varias selecciones punteras de algunas de sus estrellas -o viceversa-, hoy los roles de los azulgrana son menores. La coyuntura no perdona, esto es incuestionable, pero una segunda lectura atisba jóvenes valores que se foguean con los combinados estatales de sus países en pro de alcanzar una madurez plena sobre el parquet. A día de hoy San Emeterio, con 29 años, es el patriarca de esta camada con label internacional que lucha por hacerse un nombre en Europa.

El cántabro está aprovechando, hasta la fecha, su periplo con la selección española. Ya lo ha hecho en otras ocasiones y este año parece que lo superará. El capitán baskonista empieza agazapado, incluso ha tenido que ganarse sus minutos en cancha conforme avanzaban los choques de preparación. Más tarde, el baskonista convence al entrenador de turno por su vertiente camaleónica. San Emeterio es de los pocos jugadores que sabe asumir cualquier rol en un plantel. Puede jugar todo, mucho, poco o nada pero siempre da el máximo. Su hoja de ruta en los amistosos disputados por España dibujan ese perfil. Comenzó con poco más de cinco minutos para instalarse en unos 15 por partido. Sus números no indican a las claras las prestaciones de un hombre que insufla actitud como pocos. Llull lo hace en cancha contraria, San Emeterio en ambas. Su actuación en el primer encuentro ante Francia ha sido su cénit hasta ahora. 10 puntos, 2 rebotes y 1 asistencia para 10 de valoración en un choque que arregló para la escuadra peninsular con transiciones, tiro exterior y una agresividad defensiva que embelesa a cualquier técnico. Además, participar de los éxitos de una selección ganadora contribuye al crecimiento personal.

El propio San Emeterio ha podido comprobar de primera mano las evoluciones de un jugador cuya mejora se antoja clave para el Baskonia en el curso venidero. Thomas Heurtel ha firmado sus mejores partidos con la bleu ante España. En el primero estuvo en cancha casi media hora con buenos números. En el segundo encuentro, con menor ración de minutos, el galo dio una lección de contención que será auténtico oro, de proseguir en esa línea, para la escuadra baskonista. Heurtel dirigió con criterio, mostró sus fundamentos, tiro a canasta con mesura y falló su primer lanzamiento en el último cuarto. Desconocido, por desgracia, pero magníficamente enfocado, la confluencia en el equipo nacional con directores como Tony Parker, sobre todo, y Nando de Colo le pueden ser de gran ayuda.

Otro cuya mejora será crucial debido a las carencias interiores gasteiztarras será el alemán Tibor Pleiss. Hubo tiempos mejores en el combinado germano, cuando Nowitzki encabezaba un colectivo ganador flanqueado por Okulaja o Femerling y dirigido por Dirk Bauermann. Hoy apenas hay un referente al que pasarle la bola, rol que ha asumido el azulgrana en los últimos encuentros. 16 puntos y 8 rebotes ante Macedonia y 18 puntos y 4 rebotes contra Grecia. Perdieron sendos choques. La suya parece que será una experiencia efímera ya que Alemania sólo ha podido con la debilísima Portugal y con una extremadamente impredecible Croacia. En todo caso, la asunción de responsabilidades en la selección alemana juega a su favor en cuestión de crecimiento.

En el vagón de cola, en cuanto a la importancia que se les atribuye de cara a la temporada que viene, se encuentra David Jelinek y Devon Van Oostrum. En todo caso, las diferencias deberían ser aún ostensibles entre ambos. El paso al frente del que tanto se viene hablando este verano dentro del plantel baskonista le corresponde, sobre todo, al checo. En una línea exterior que parece sobrada en su faceta atlética aunque algo menos en lo que concierne a la técnica, Jelinek tiene mucho que ofrecer. Esa presunta carencia de fundamentos para la élite no les exime de acoger altas cotas de talento aún por pulir. Los amistosos que ha disputado Jelinek con su selección dan buena prueba de ello. El escolta azulgrana ha alternado actuaciones estelares (17 puntos ante Turquía y 14 contra Finlandia) con otras mediocres. Su entrenador lo sabe y de su acierto depende la ración de minutos que le concede sobre la cancha.

Van Oostrum ha entrado en la lista de Gran Bretaña.Se quedó fuera de los Juegos Olímpicos, que además se jugaban en Londres, tras haber disputado el europeo anterior. Sin embargo, la ración de minutos y tiros a canasta que se le otorga no casa con esas teorías. Anotó 15 puntos contra Puerto Rico en su mejor partido pero, como Jelinek, ha firmado monumentos a la insensatez como el uno de diez ante Polonia.

Buenas sensaciones para una camada de talentos que se pulen al amparo del inminente Eurobasket.