Extracomunitarios, comunitarios, nacionales, cupos, cotonous... La Asociación de Clubes de Baloncesto instaura periódicamente una reglamentación en cuanto a la composición de las plantillas que pueblan el campeonato para cuya comprensión hace falta una buena ración de paciencia y dedicación. Por suerte para los poco leídos a este respecto, el Baskonia ha confirmado que sólo le falta un jugador de cupo. No habrá que devanarse los sesos a la hora de constituir plantillas imposibles aunque, por contra, el mercado de cupos interiores es más que escaso por lo que no sería extraño que el club de Zurbano extendiera el chicle unos meses para echar un vistazo a alguna revelación del Eurobasket o a los descartes de la NBA.
A día de hoy, la entidad que dirige Eduardo Portela exige, en planteles de once jugadores, un cupo mínimo de cuatro seleccionables, un máximo de dos extracomunitarios no obligatorios y cinco jugadores de la zona FIBA Europa. Si el club en cuestión decide conformar una plantilla de doce jugadores, el caso del Baskonia, el número mínimo de seleccionables será de cinco.
Aclarado este aspecto de base, el lector se hace a la idea de las múltiples combinaciones que se derivan de esta fórmula. El Baskonia cuenta con cuatro cupos o jugadores formados en España (San Emeterio, Van Oostrum, Diop y Jelinek), cinco con pasaporte comunitario (Nocioni, Pleiss, Heurtel, Causeur y Hanga) y dos extracomunitarios (Hodge y Hamilton), por lo que, tal y como se aclaraba en el párrafo anterior, el duodécimo componente de la plantilla debe ser un jugador formado en España si no se quiere realizar el traspaso de un comunitario o extracomunitario para liberar una de esas piezas y poder tener mayor margen a la hora de fichar. A este respecto se llegó a hablar de Heurtel aunque el club ya ha desmentido esta posibilidad y las informaciones que emanan de Zurbano apuntan en la dirección más sencilla: el cupo interior.
Así las cosas, la coyuntura demanda un poste que se haya formado por un periodo de al menos tres años -por resumir, la legislación es algo más complicada- , y en el mercado no abundan muchos jugadores de ese perfil. Menos aún para un club de Euroliga como el Baskonia.
El inicio de la temporada estival puso dos nombres sobre la mesa: Nacho Martín y Xavi Rey. Uno, el jugador más valorado de la pasada liga y el otro, con una experiencia contrastada en ACB y asiduo de las concentraciones de la selección, ninguno de los dos nombres parecieron seducir a la secretaría técnica baskonista. El rastreo tornaba hacia el amplio y ambiguo mercado de jugadores con pasaportes imposibles. Algunos son conocidos por todos, otros ignotos.
Conviene recordar que estas sendas, habitualmente poco transitadas, son algunas de las que más frutos le han traído al Baskonia a lo largo de su historia reciente. Buen ejemplo del rastreo que se lleva a cabo desde las oficinas de Zurbano es el último jugador que ha sonado en las quinielas azulgranas, Tornike Shengeila. Desconocido para la práctica totalidad de la afición -la prensa tampoco estaba muy encima del georgiano a decir verdad-, Shengeila tampoco parece ser portador de las virtudes que se demandan desde Zurbano.
Se habló, asimismo, de jugadores como Levon Kendall, jugador del Bluesens Monbus seguido por el Alba Berlín, Bilbao y Barcelona, aunque su estela se aleja cada día más del Buesa Arena. Perfil similar al de Caner-Medley, pívot del Maccabi. Pero ambos son comunitarios cuyo ingreso en las filas baskonistas implicaría el movimiento de peones descartado anteriormente. Así las cosas, la opción que seguirá el Baskonia parece ser la que incluye un cupo en la batería interior. El problema reside en la escasez de este tipo de jugadores y más si se requieren para una posición determinada como es el caso.
Fichado Nacho Martín por el Gran Canaria, las opciones que se barajan desde prensa y analistas se reducen prácticamente a Mainoldi, Xavi Rey y Shengeila. Sin embargo, los caminos en cuestión de incorporaciones que deparan el tándem Querejeta-Salazar son inescrutables, así que cerrar la terna de aspirantes sobre estos tres nombres parece temerario. Como asegurar que un cuatro de formación acabe cerrando la plantilla. Si sumamos a este cúmulo de silogismos los factores Eurobasket y arranque de la temporada NBA, las conclusión es que la plantilla no se cerrará hasta bien pasado el verano.
El tiempo aún no arrecia lo suficiente y parece osado despreciar los descartes de la mejor liga del mundo, así como los movimientos que propicia el campeonato de Europa de selecciones por lo que todo hace indicar que esto va para largo. Paciencia.