hubo una época en la que la ACB presumía de ser la mejor liga europea. Antes de que estallara esta brutal crisis que viene reduciendo a pasos agigantados el interés por una competición en clara decadencia, los jugadores más cotizados del Viejo Continente se veían tentados por muchas razones para recalar en España. Además de cobrar puntualmente, la mayoría disfrutaba de una inmejorable calidad de vida. Sin embargo, aquellos tiempos dorados se han evaporado de un tiempo a esta parte. Al igual que sucede en el fútbol, únicamente el Barcelona y el Real Madrid pueden retener a las estrellas amparados en la chequera del club de fútbol que tapa todos los agujeros de unas secciones de baloncesto cada vez más ruinosas. Las antiguas alternativas de poder, como el Baskonia, son ya incapaces de soportar los elevados contratos firmados en su día y con los ingresos por los suelos se ven en la triste tesitura de abrir la puerta a sus mejores elementos para subsistir a duras penas.

El paraíso se encuentra hoy en día en los países del Este de Europa. Turquía y Rusia encabezan las preferencias de los nombres más rutilantes, aunque los grandes de Grecia o el Maccabi conservan su prestigio. Mientras el declive de la ACB o la Lega italiana es imparable, el pujante baloncesto alemán quiere hacerse un hueco como uno de los mercados más apetecibles. Por todo ello, a nadie sorprende que se estén contando con los dedos de la mano los fichajes galácticos dentro de la ACB en el presente mercado estival. Fuera de los conjuntos que toman parte en competiciones europeas, las telarañas en las arcas provocan que muchas de las caras nuevas sean baloncestistas procedentes de la Adecco Oro o, en su defecto, surgidos de las universidades americanas y carentes del nivel suficiente para resultar elegido en el draft de la NBA.

Entre los dos grandes, ha habido movimiento desigual. Mientras el Real Madrid ha apostado únicamente para la zona por un viejo rockero como Ioannis Bourousis, con infinidad de cicatrices en su cuerpo tras su paso por el AEK, Barcelona, Olympiacos y Armani Milan, el club catalán se ha mostrado mucho más activo para tratar de recuperar el trono perdido. Posiblemente haya sido Kostas Papanikolau el fichaje de mayor impacto hasta la fecha. El alero griego, un todoterreno que aporta en todas las facetas, viene de conquistar las dos últimas Euroligas con el Olympiacos y será un compañero de lujo de Navarro en el perímetro blaugrana tras ser designado el mejor joven de la competición. El compulsivo anotador Jacob Pullen, el estilista Bostjan Nachbar y el rocoso Joey Dorsey, repatriado para la ACB tras su oscura etapa en Vitoria, componen la extensa nómina de fichajes culés procedentes de otras competiciones europeas.

El Baskonia ha incorporado, por su parte, al último MVP de la liga polaca. Walter Hodge, un base eminentemente anotador que hizo campeón al Zielona Gora polaco, asumirá el timón de un equipo venido a menos en los últimos tiempos. Si el portorriqueño es la incorporación más ilusionante en la capital alavesa, Málaga y Valencia vuelven a afrontar la temporada con renovadas ilusiones. En tierras costasoleñas, ha recalado procedente de la gélida Lituania uno de los aleros con mayor proyección a nivel internacional. Mindaugas Kuzminskas, inconfundible por su pelo rubio y con quien Joan Plaza ya trabajó el año pasado en el Zalgiris, se perfila como una de las principales atracciones. A orillas del Turia, buscará recuperar el prestigio perdido el fornido africano Romain Sato, ya en el ocaso de su carrera y algo de vuelta tras una oscura etapa en el Fenerbahce donde ha dejado claro que los años no pasan en balde. Perasovic ha otorgado los mandos de la dirección a Oliver Lafayette, un base con una dilatada trayectoria en la Euroliga, mientras que de la liga balcánica aterriza el alero Vladimir Lucic, avalado por sus interesantes números en el Partizan.

En Zaragoza, casi todas las miradas estarán depositadas en las evoluciones del gigante Giorgi Shermadini. El espigado poste georgiano, vigente campeón de la Euroliga con el Olympiacos, será a buen seguro uno de los postes más intimidadores de una competición cada vez más huérfana de hombres altos de calidad. Un indudable motivo de satisfacción es comprobar cómo Andy Panko, MVP del ejercicio 2011-12, continuará definitivamente en la ACB. El incombustible estadounidense, vital en la etapa más exitosa del Gipuzkoa Basket, ha sido reclutado por Ferrán López para el Fuenlabrada tras un pasado curso a caballo entre Atenas y Málaga.

El Bilbao Basket se ha conformado hasta ahora con dos modestos bálticos (el escolta Dairis Bertans y el pívot Antanas Kavaliauskas), y el alero croata Zoran Vrkic, todos ellos sin gran nombre a nivel internacional. La moda que se ha instalado últimamente en muchos clubes consiste en la arriesgada apuesta por jóvenes universitarios que tienen cerradas las puertas de la NBA. El Blusens ha incorporado de la NCAA al escolta Durand Scott y al poste Mike Muscala, que se ponen a las órdenes de Moncho Fernández sin haber acumulado nada de experiencia en suelo europeo. En Murcia, otros tres universitarios tratarán de que el conjunto dirigido por Óscar Quintana no pase excesivos apuros para sellar la permanencia. Son el poste universitario de 213 centímetros Ehimen Orupke, el tirador Scott Wood y el polivalente exterior Dwayne Davis, apodado el hombre rifle por su puntería desde el perímetro. Idéntico camino ha sido seguido por el Cajasol con otro especialista en el lanzamiento triple como Scott Bamforth, éste formado en Weber State. En definitiva, un recurso de última hora cuando no hay dinero para reclutar algo mejor.