Vitoria. La Euroliga 2013-14, ya prácticamente definida en espera de conocer a primeros de septiembre en Vilnius (Lituania) la identidad del último participante, volverá a suponer un desafío mayúsculo para el Baskonia. Una leve mirada a la masiva lista de renovaciones y contrataciones emprendidas por los gigantes del Viejo Continente deja entrever el tortuoso camino que aguarda al conjunto vitoriano. Tras cinco largos años alejado de la reunión más elitista -su última aparición data de 2008 en la Final a Cuatro de Madrid- y varias campañas viviendo al filo de la navaja a la hora de sellar el billete para el Top 16, la próxima edición amanece envuelta en un halo de pesimismo por cómo se está desarrollando el actual mercado estival. Lo que antes era un camino de rosas, esto es superar la primera fase sin apenas despeinarse un pelo de la cabeza, se ha convertido en un amargo trago vista la paulatina pérdida de pujanza azulgrana y la tradicional fortaleza de otros clubes a los que no hace mucho se trataba de tú a tú pese al menor presupuesto.

Mientras Querejeta ha apostado hasta la fecha por tres refuerzos sin ninguna clase de experiencia en la competición más glamourosa como Hodge, Hanga y Hamilton, algunos rivales directos se encuentran inmersos en una frenética espiral de movimientos para reforzar sus plantillas. La crisis se deja sentir más que nunca en la ACB, donde sólo el Barcelona y el Real Madrid aguantan el tirón amparados en su equipo de fútbol. Los países del Este constituyen la principal tentación para las estrellas europeas ávidas de engordar sus cuentas bancarias y prueba de ello es que, tras la NBA, Rusia y Turquía encabezan las preferencias de los nombres ilustres de la canasta para pasear su calidad. Con permiso, eso sí, de Grecia, donde sus dos clásicos por antonomasia se resisten a dar su brazo a torcer pese a haberse autoimpuesto una política de austeridad.

Dos de los oponentes del Baskonia en la primera fase, el Panathinaikos y el Maccabi, están siendo de los más activos hasta la fecha. El cuadro del trébol renovó a su primer espada (Diamantidis) que ha posibilitado los grandes éxitos de la última década. Junto al todoterreno griego, han ampliado su vínculo con el inquilino del OAKA el lituano Maciulis, los fibrosos Lasme y Gist, y el tirador Curry. Pedoulakis ha repatriado a dos compatriotas, Mavrokefalidis y Fotsis, para reforzar su armazón interior. Mucho más evidente será la renovación del Maccabi, que ha aplicada una drástica cirugía a un equipo que fue sonrojado por el Maccabi Haifa en la pasada final israelí. Joe Ingles acaba de ser el último en alistarse en el ejército de David Blatt tras el base Tyrese Rice y los interiores Schortsanitis -el orondo pívot griego cumplirá su segunda etapa en el Nokia Arena-, Alex Tyus, Jake Cohen y Cedric Simmons. Sólo el renovado Devin Smith se mantiene del anárquico colectivo que fracasó sin paliativos durante el pasado curso.

la deuda del cska El Olympiacos, vigente campeón de las dos últimas ediciones, no quiere perder bajo ningún concepto su reputación ganada a pulso. La renovación de Spanoulis, cuya marcha a la Ciudad Condal parecía cantada, representa la mejor prueba de que su proyecto sigue vivo por mucho que ni los hermanos Angelopoulos ni Papanikolau, el mejor joven del año pasado, hayan podido resistirse a la tentación de aceptar la millonaria propuesta culé. Con el dinero del traspaso, en el Pireo han aterrizado ya el ex madridista Mirza Begic, Bryan Dunston y Brent Petway. Todos ellos tendrán la difícil misión de hacer olvidar a Kyle Hines, cuyos dos escasos metros han puesto rumbo a Moscú.

El CSKA, como no podía ser de otra manera, no está dispuesto a quedarse atrás en esta frenética carrera y ha vuelto a tirar de talonario para olvidar el varapalo de la pasada Final Four en Londres. Además del fornido cuatro estadounidense, Messina ha recuperado para el baloncesto continental a Jeremy Pargo, antiguo base del Maccabi que ya dejó muestras de su calidad en el Buesa Arena. El siempre efectivo Frizdon y Shukhovtsov, menos conocidos para el público en general, completan la nómina de altas para el club del Ejército Rojo. El Lokomotiv Kuban, inmerso en el mismo lote continental que el Laboral Kutxa, ha retenido a Hendrix y Brown, si bien se halla cerca de perder a su cerebro Calathes.

En Turquía, lo mejor está por llegar, aunque el Galatasaray -vigente campeón- ya ha enseñado los dientes. Guler, Jawai y Erceg son las altas ya confirmadas de un conjunto que espera con los brazos abiertos a Planinic para aportar criterio a la dirección. El Efes sólo cuenta, de momento, con Vasileiadis y Scotty Hopson como únicas caras nuevas para Mahmuti, mientras que el Fenerbahce desea poner en las manos de Obradovic un colectivo arrebatador que acabe de una vez por todas con la interminable espiral de fracasos fuera de sus fronteras. Nemanja Bjelica y Zoric ya han enfilado el camino hacia Estambul. Pero la bomba que tenía reservada el técnico serbio era Linas Kleiza.

A nivel europeo, el progresivo declive de la Lega italiana contrasta con la época de bonanza de algunos clubes alemanes como el Bayern Munich. El nuevo ogro alemán, en manos de Svetislav Pesic y que podría cruzarse con el Baskonia si el Khimki logra el último billete para la Euroliga en la fase previa, ha firmado a dos piezas muy codiciadas. Se trata de John Bryant, el pívot que deslumbró el pasado ejercicio en la Eurocup con la elástica del Ratiopharm Ulm, y el anotador Malcolm Delaney. David Logan buscará relanzar su carrera en el Alba Berlin. En tierras transalpinas, David Moss va a a protagonizar el cambio más significativo al dejar el Montepaschi para enrolarse en el Armani Jeans Milan.