vitoria. Adelantados buena parte de los deberes en forma de entradas con los fichajes de Hodge, Hamilton y Hanga, el Baskonia centra ahora todos sus esfuerzos en dar salida a dos de los jugadores tachados de su próximo proyecto como Nemanja Bjelica y Fernando San Emeterio. El balcánico abandonará el Buesa Arena para ayudar al club a aliviar su tesorería con destino a Estambul o Barcelona, mientras que en el caso del cántabro tanto su elevada ficha como el drástico descenso de su rendimiento en los dos últimos ejercicios ejercen como inapelables razones de peso para empujar a los rectores azulgranas a dejarle fuera de los planes de Scariolo. Si la marcha del primero es una simple cuestión de tiempo, la rescisión del héroe de la tercera Liga ACB de la historia se presenta plagada de dificultades.
Cerradas por completo las puertas de los dos grandes y sin sitio tampoco en un Unicaja que cuenta ya con cinco exteriores en nómina, el Valencia de Velimir Perasovic se ha quedado a nivel doméstico como el solitario aspirante en la carrera por su fichaje. En una competición venida a menos por la crisis y presidida por los impagos, las deudas y los números rojos de la mayoría de los asociados, ningún otro club se encuentra en condiciones de entrar en la puja por el internacional de Orenga.
Sin embargo, a orillas del Turia tampoco reina hoy en día el optimismo para culminar con éxito el desembarco del dos-tres deseado por Perasovic que complete un interesante perímetro junto a Rafa Martínez, Pau Ribas y el balcánico Vladimir Lucic. El técnico croata considera que la raza, la brega y el pundonor del todavía exterior azulgrana vendrían de perlas a un conjunto como el levantino que también firmó un sonoro fracaso en los pasados play off por el título con la prematura eliminación ante el CAI Zaragoza. De ahí que haya desoido otros ofrecimientos como Donnell Taylor, máximo anotador de la pasada Lega italiana con el Reggio Emilia, o Carlos Suárez, cortado hace escasas semanas por Pablo Laso en el Real Madrid.
El elevado contrato de San Emeterio hace, al menos de momento, inviable su aterrizaje en La Fonteta y se escapa de las posibilidades de un club que, pese al mecenazgo de Juan Roig -uno de los empresarios más adinerados del país gracias al faraónico imperio de Mercadona-, no nada en la abundancia como antaño y se ha autoimpuesto una política de contención del gasto. El límite salarial establecido por la directiva taronja para los integrantes de su plantilla ronda como máximo el medio millón de euros y la ficha del santanderino en la capital alavesa -próxima a los 800.000- supera con creces un tope que bajo ningún concepto está dispuesto a alcanzar un rival directo del Baskonia.
punto de encuentro Se trata, por tanto, de la clásica partida de poker en la que todas las cartas se encuentran marcadas sobre la mesa pero nadie quiere dar su brazo a torcer conscientes de que todavía resta un mundo para el cierre del mercado. Lo único evidente a estas alturas es que San Emeterio, con contrato en vigor en el Fernando Buesa Arena hasta junio de 2015, deberá plegarse a un drástico ajuste salarial para cambiar de aires y afrontar un nuevo desafío en su carrera.
Un punto de encuentro que sobrevuela la operación podría ser el ofrecimiento por parte del Valencia Basket de un vínculo de mayor duración del que ahora liga al cántabro a la entidad alavesa, aunque la negociación tiene otras aristas tan o más importantes a resolver como el deseo de Josean Querejeta de que el jugador perdone algunas cantidades que se le adeudan correspondientes a la pasada temporada. Algo que lógicamente ha enturbiado las relaciones entre las dos partes después del momento de mayor bonanza vivido en junio de 2010 con aquel inolvidable escorzo que posibilitó el embriagador éxito liguero ante el Barcelona.
Desde entonces, San Emeterio no ha cumplido las elevadas expectativas de la cúpula azulgrana, que ya le puso en el mercado en el verano de 2009 tras un primer curso a la sombra de Rakocevic, Mickeal y Vidal. Con la renovación de Nocioni y el fichaje de Hanga, el santanderino ha visto cómo sus opciones de seguir vistiendo la elástica baskonista se reducen a la mínima expresión.