Vitoria. Las calculadoras echan humo en las oficinas del Buesa Arena. Josean Querejeta saca cuentas, hace números, estudia opciones. El máximo dirigente del Baskonia se ha embarcado en un reto tan ambicioso como complicado. Ha prometido que iba a diseñar "una de las mejores plantillas de la historia del club", una sentencia que se ha grabado a fuego en la conciencia colectiva de una hinchada que ha acabado la temporada decepcionada, resignada ante la evidencia de la progresiva descomposición de un equipo que hace mucho que no invita a soñar con títulos.

El reto se presenta mayúsculo. Querejeta tiene las manos atadas, al menos en parte, por los ingredientes de los que dispone para cocinar el pastel. No puede partir de cero. Los contratos firmados con una representativa parte de la plantilla -algunos de larga duración-, el cuestionable atractivo de algunas de las piezas con las que se podría hacer caja y las dudas que han generado algunos de los llamados a erigirse en grandes referentes a lo largo del pasado curso componen un panorama muy complicado que exigirá un tino quirúrgico a la hora de realizar los movimientos. Máxime cuando la situación económica tampoco ofrece margen para excesos y ha resultado dañada por la privación de las dos taquillas que habrían supuesto los duelos de semifinales ante el Barcelona.

El presidente de la entidad azulgrana quiere generar ilusión. Y para ello, debe ofrecer estímulos que eviten la fuga masiva de abonados que podría intuirse ante el desánimo generalizado que se ha apreciado en el Buesa Arena. Como en cualquier otro proyecto de cualquier otro deporte, los nombres, las estrellas, brillan como reclamo, pero la clave del éxito, como casi siempre, volverá a estar en la mezcla. La primera decisión que deberá tomar la directiva azulgrana pasa por determinar quién llevará las riendas del equipo. Tabak tiene un año más de contrato, pero el insípido desenlace ante el Gran Canaria y la aparente incapacidad para domar un vestuario indomable juegan en su contra. El club baraja otras opciones, y han sonado otros nombres, aunque hasta ayer no se había realizado ningún movimiento desde el club en esta dirección.

Con la identidad del técnico ya decidida, llegará el momento de definir el proyecto, el modelo de equipo que se persigue y las piezas idóneas para desarrollarlo. La directiva tiene un patrón a seguir, por contraposición con el presente curso. Se trata de componer una plantilla con piezas complementarias y tratar de buscar un perfil de jugador que en el Buesa Arena se aprecia con especial apego y que se ha echado demasiado en falta este curso. Más allá del mediocre rendimiento de algunas piezas del puzle, el gran handicap con el que se han encontrado tanto Tabak como Ivanovic es que no existía química, que algunas cosas no encajaban. Y en este sentido, cabe buscar en las alturas a los responsables de una planificación que a lo largo de diversas fases de la temporada (elección de bases, renovación de algún jugador que no debió ser renovado o venta de Brad Oleson) ha dejado que desear. En ese contexto de deficiencia general, pocos son los jugadores que han rayado a un buen nivel a lo largo del pasado ejercicio.

Los bases

Un problema sin resolver

La marcha de Pablo Prigioni supuso un revés tremendo para Josean Querejeta, que contaba en principio con la renovación del argentino. Al margen de pausa, dominio del juego y canas para el vestuario, Prigioni cubría una de las plazas de cupo y su salida forzó otros movimientos que a la larga han acabado por revelarse erróneos. Todo lo que ha rodeado a la posición de base este pasado curso ha estado influido por ese imprevisto que pilló a la directiva en fuera de juego. No se supo encontrar ni remotamente un sustituto a la altura.

Hasta cinco timoneles han desfilado por el vestuario local del Buesa Arena sin que se llegara a enmendar el desaguisado. Rochestie y Cabezas componían la pareja elegida de inicio para gobernar las operaciones ofensivas del plantel azulgrana, pero la imposibilidad de ceder a Heurtel (estuvo cerca del Cajasol) provocó un overbooking que ni Ivanovic ni luego Tabak supieron manejar. Cabezas, que cuajó siempre actuaciones más que dignas cuando estuvo en cancha (el segundo jugador con mejor +/- del equipo), quedó relegado, Rochestie sufrió una lesión que acabaría por cerrarle las puertas y Heurtel acabó de rebote como titular. El galo, que ha ido creciendo conforme avanzaba el curso, no tardó en mostrar lo que es: un jugador talentoso y eléctrico que puede ganar partidos pero también perderlos.

La llegada de Tabak precipitó primero la salida de Rochestie, que cedió su puesto a un Cook que pronto caerá en el olvido porque no ha dado apenas nada, y la de Cabezas, después, a raíz del famoso incidente del vestuario de Moscú. El club decidió recuperar a Devon Van Oostrum, cedido hasta ese momento en Cáceres, que al fin debutó en Bilbao con la elástica azulgrana. El timonel anglo-holandés, futuro del club, se convertía así en el quinto base que jugaba este curso.

Los líderes

Varios y ninguno

Fernando San Emeterio reconoció el miércoles que en el vestuario no ha existido una especial química. Tampoco en la cancha pareció haberla. Al Baskonia le ha faltado un líder claro. Ha tenido tres, cuatro o ninguno. El alero cántabro, como capitán, ha mostrado siempre su ambición por tirar del carro, sobre todo en los momentos difíciles, pero no ha sido su mejor curso y no siempre le han seguido.

Nocioni, que ha podido demostrar que sigue siendo un grande del baloncesto europeo, tampoco ha podido ejercer ese rol. A pesar de su experiencia, quizá el pero que haya que ponerle a su campaña, en la que ha sido elegido como mejor alero de la ACB, tenga que ver con su exceso de ímpetu o ansiedad, que a veces le ha llevado a entrar en estériles batallas contra los colegiados de las que casi siempre ha salido escaldado. Tampoco Heurtel, referente en el caos, o Lampe, más brillante desde el punto individual que desde el prisma de la aportación al colectivo, han ejercido ese liderazgo que tanto se ha añorado.

Perímetro

La marcha de Oleson

Al equipo le han faltado referencias ofensivas. Más allá de Lampe, con Nocioni y San Emeterio como recursos, se ha mostrado como un plantel muy plano en ataque, demasiado previsible. La irregularidad de un Fabien Causeur que por cualidades y actitud puede llegar a convertirse en un jugador importante ha incrementado las sombras sobre la arriesgada operación que realizó en enero Josean Querejeta. La marcha de Oleson, suplido por un David Jelinek al que Tabak no ha dado bola, ha hecho daño al equipo.

Aunque Nocioni se ha revelado como un más que fiable lanzador desde la larga distancia (tenía el mejor porcentaje de la ACB), la salida del rubio de Alaska y esa intermitencia de Causeur limitaban mucho los recursos de un Laboral Kutxa que encontraba más dificultades y menos espacios para aprovechar sus presuntas ventajas en la pintura. Sólo el argumento económico, al que se agarra con honradez la directiva, puede justificar un movimiento que a la larga se ha visto que ha mermado al equipo.

Juego interior

Malas parejas de baile

Una de las consecuencias de la marcha de Pablo Prigioni pudo ser la renovación de Milko Bjelica, que puede considerarse como uno de los principales errores de planificación del pasado curso. No es porque el montenegrino sea mal jugador. Sin ser ningún superdotado, puede ocupar la posición de cuarto pívot en un plantel de primera fila, y además es un jugador honrado. Sin embargo, su presencia ha desequilibrado la composición de los dúos interiores del cuadro azulgrana, que ha echado en falta otro perfil de jugador para acompañar a postes sobrados de calidad pero no tanto de intensidad como Lampe o Nemanja Bjelica.

Tanto el combo serbio, que vuelve a cerrar la temporada sin haber ofrecido más que pinceladas de su descomunal talento en determinadas citas, como el polaco han sufrido ante la ausencia de un guardaespaldas, un compañero que se encargara del trabajo sucio. Curiosamente, ambos han ofrecido su mejor nivel cuando han compartido pista con un Tibor Pleiss (Lampe en realidad con Tabak no ha tenido oportunidad) que se ha consolidado como una de las sorpresas más agradables de la temporada. Una opción interesante para sustentar la reconstrucción.