Vitoria. La friolera de 33 jornadas no han sido suficientes para que el Laboral Kutxa conozca todavía con exactitud la identidad de su primer escollo en el camino hacia la cuarta Liga ACB de la historia. Mientras esta mañana cierra la fase regular con una intrascendente cita en la localidad tinerfeña de La Laguna ante el CB Canarias, también tendrá un ojo puesto en lo que ocurra a pocos kilómetros en otra coqueta isla canaria como Las Palmas. En la caldera de La Roca, si salda favorablemente el aparente trámite ante el Blancos de Rueda Valladolid, el Gran Canaria se convertirá en su áspera piedra de toque inicial en el envenenado cruce de cuartos de final que arrancará el jueves 23 ó viernes 24 de este mes y se resolverá al mejor de tres encuentros. En el improbable caso de que el combinado dirigido por Pedro Martínez caiga ante los pucelanos y el Unicaja se imponga al Barcelona en el Palau Blaugrana en un partido dramático para sus intereses, serán finalmente los malagueños quienes se encaramen a la séptima posición y visiten, por tanto, en primera instancia el Fernando Buesa Arena durante la próxima semana.
Se avecina, por tanto, la típica mañana de transistores en la que quedará perfilada la composición del cuadro de enfrentamientos en unos play off por el título con marcado favoritismo nuevamente del Real Madrid y del Barcelona, quienes amparados en el dinero proveniente del fútbol son los únicos que resisten el brutal impacto de la crisis en la ACB. Ambos acaban de salir tocados de la reciente Final a Cuatro celebrada en Londres y, superados por un bloque de hormigón como el Olympiacos, han desperdiciado una ocasión inmejorable para erigirse en monarcas continentales. Sin embargo, ello no es óbice para obviar que disponen de las plantillas mejor armadas y un fondo de armario incomparable. Eso sí, las sensibles ausencias de Pete Mickeal y Nathan Jawai -relevado por el rocoso center griego Loukas Mavrokefalidis- en las filas barcelonistas alimentan las opciones de éxito del Baskonia en una hipotética semifinal.
Casi todo resuelto De lo que tampoco hay duda es que los vitorianos y el renacido Valencia Basket de Velimir Perasovic emergen como las únicas alternativas para evitar la enésima final entre blancos y culés. Los ubicados entre el quinto y el octavo puesto pueden darse por satisfechos con lo conseguido hasta ahora, aunque las fuerzas tienden a igualarse y las sorpresas a estar a la orden del día en un cruce al mejor de tres partidos en el que el margen de error es ciertamente mínimo.
Más allá de la identidad del último equipo que se subirá al vagón de las series finales -el Blusens desbancará al Unicaja del octavo puesto si se impone al Bilbao Basket y el Unicaja sucumbe en tierras catalanas-, ya está casi todo resuelto. Si el Real Madrid alberga aún dudas acerca de si se medirá a andaluces o gallegos, las otras eliminatorias se encuentran prácticamente decididas. Los enfrentamientos Baskonia-Gran Canaria, Barcelona-Bilbao Basket y Valencia-CAI Zaragoza se harán realidad, salvo que se produzca alguna sorpresa en la última jornada. Los levantinos amarrarán la etiqueta de cabeza de serie si ganan en La Fonteta al ya descendido Manresa, mientras que los maños acabarán quintos si se imponen en el Príncipe Felipe al Murcia. El Bilbao Basket también se halla predestinado a ser sexto, salvo que asalte el fortín del Fontes do Sar gallego y los pimentoneros salgan airosos de su visita al conjunto de José Luis Abós.
Quien ha vuelto a jugar con fuego durante el actual curso liguero y corre el riesgo de quemarse es el Unicaja. El club costasoleño ha mantenido nuevamente a duras penas la licencia A de la Euroliga, ya que no puede caer hasta la décima posición. No obstante, comparecer en la última jornada de la fase regular sin haberse asegurado su presencia entre los ocho mejores habla mal de una entidad en la que sus dirigentes siguen sin dar con la tecla para codearse con los mejores. En el Palau, puede salvarle el hecho de que el Barcelona solo se jugará la honrilla tras certificar el jueves in extremis la tercera posición gracias a un triple de Lorbek sobre la bocina. El Blusens, que ya se quedó fuera de la Copa en el último instante, ha hecho sin lugar a dudas más méritos desde el arranque de curso para sellar el premio más sabroso de su historia.