vitoria. El Madison Square Garden se convirtió por unas horas en una réplica a gran escala del Buesa Arena. En Nueva York, la madrugada del martes al miércoles, Pablo Prigioni debió de sentirse como en una de sus grandes noches con el Baskonia. El veterano base argentino, rookie con edad de veterano, veterano con alma de rookie, recibió las mayores ovaciones de la noche en el encuentro en el que los Knicks pudieron igualar la eliminatoria de semifinales de la Conferencia Este tras imponerse (105-79) a los Pacers.

Prigioni, que ya en la serie ante los Celtics se destapó con una excelente actuación, apareció esta vez en el momento adecuado. Con cinco puntos seguidos, destrozó el partido. Primero llegó un triple, castigando al defensor que pasó mal el bloqueo en un pick and roll, y después una canasta con la que fijaba una renta de nueve puntos (75-66) para el equipo de Mike Woodson ya en el último cuarto. "Creo que ese fue el momento en el que rompimos el partido", reconoció el base de Río Tercero tras el choque. A partir de ahí, los Pacers se desmoronaron y los Knicks sumaron con más placidez de la esperada el triunfo que les permite fijar el empate a uno en la eliminatoria.

La afición del Madison no dejó caer en saco roto su aportación a esta victoria. Cuando el juego se detuvo, toda la grada comenzó a entonar su nombre. "¡¡¡Pablo!!! ¡¡¡Pablo!!!", gritaban los hinchas de los Knicks. "Fue increíble", manifestó el argentino. "Estoy muy feliz, pero esto es juego de equipo, no de uno o dos jugadores. No puedes ni imaginar lo feliz que me encuentro", confesó. En la Conferencia Oeste, los Grizzlies igualaron también su serie tras imponerse a los Thunder (93-99) en Oklahoma City.