vitoria. El Laboral Kutxa que tantos bandazos ha dado en su agitado trayecto del presente curso parece haber encontrado terreno firme justo cuando se presenta a las puertas del último título por el que aún puede pelear. El equipo azulgrana adquiere velocidad de crucero en vísperas del play off. Una vez digerida la polémica eliminación continental ante el CSKA, los pupilos de Zan Tabak concentran todas sus energías en la ACB, competición en la que encadenan cinco triunfos en las cinco últimas jornadas.
Se trata de la segunda mejor racha del cuadro baskonista tras el relevo en el banquillo. Sólo la espectacular inercia que supuso la llegada del preparador croata, que concatenó 15 triunfos en sus primeros 15 duelos domésticos al frente del combinado vitoriano, supera la actual dinámica victoriosa en la que se ha visto sumido el Laboral Kutxa en unos últimos partidos en los que, no obstante, tampoco ha ofrecido su mejor versión desde el punto de vista de la voluntad. Aun así, sin haber echado toda la carne en el asador, el cuadro azulgrana sigue acumulando victorias.
El trabajo de Tabak comienza a dar sus frutos. El equipo se ha ensamblado y todas sus piezas parecen haber encontrado su sitio, su misión, el papel que les toca interpretar en esta función. Por eso, incluso en aquellas citas en las que se puede achacar cierta indolencia a la plantilla -como hizo el propio Tabak el domingo-, sacan adelante los partidos. El reto reside ahora en lograr que todo el colectivo muestra en cada envite la misma voluntad que se ha visto en puntuales ocasiones a lo largo del año, generalmente en las citas en las que no había más salida que la victoria.
Las eliminatorias por el título, en todo caso, parece que llegan en buen momento para el equipo vitoriano. Toda vez que ningún jugador sufra un percance físico en los dos intrascendentes compromisos de liga regular que aún restan -ante Estudiantes y Canarias-, podría decirse incluso que el Baskonia, que salió reforzado de la eliminatoria ante el CSKA, se presentará en el play off en su mejor momento del curso.
Más allá de las 15 victorias consecutivas en ACB que sumó el equipo tras llegar el preparador croata, esta es la segunda mejor racha hasta el momento. Con Ivanovic, a comienzos de campaña, el conjunto vitoriano apenas fue capaz de encadenar tres victorias consecutivas. Ahora el equipo azulgrana acumula cinco y se encuentra a diez del anterior mejor registro en la competición doméstica. Para igualarlo, debería obtener diez victorias más. Justo las que necesitaría para alzarse con el cuarto título de su historia.