SU límite es el infinito. No para de crecer. Tibor Pleiss se ha convertido en uno de los valores más sólidos del Laboral Kutxa en el tramo final del curso. El gigante alemán, cada vez más asentado en los esquemas de Zan Tabak, sometió a los interiores del Bilbao Basket y silenció Miribilla con su enorme poderío físico bajo los aros.
Pleiss ha abandonado el anonimato. Se sitúa ante los focos justo cuando llega el momento de la verdad. Ayer, en el Bilbao Arena, algunas de sus acciones se convirtieron en el principal motivo de celebración del centenar de valientes aficionados azulgranas que ofrecieron su aliento al equipo. Contundente en la finalización, con varios mates que impidieron cualquier opción de respuesta a la defensa, y aterrorizador para los rivales en canasta propia, el poste germano se convirtió en uno de los referentes de un Laboral Kutxa que ayer cuajó uno de los partidos más serios del curso para superar al vecino y rendir el homenaje solicitado por Tabak para la afición.
Su presencia en el quinteto titular no sorprendió a nadie. Su excelente rendimiento en Fuenlabrada, donde acabó siendo también una de las bases sobre las que se apoyó la victoria azulgrana, le granjeó una posición de privilegio ayer. Tabak ya lo advirtió. No va a regalar minutos. Jugará el que lo merezca, el que se lo gane. Y Pleiss se lo está ganando.
No quiere decir esto que vaya a dejar sin sitio a un Maciej Lampe que ayer volvió a exhibir su insultante capacidad anotadora, pero sí que el teutón tiene un puesto importante garantizado en los esquemas del croata. Por muchas razones, se ha hecho importante. Y tiene pinta de que en el futuro lo será aún más.
Tuvo que verse las caras con un jugador que ocupa su mismo puesto y que interesa al club vitoriano. No acusó los nervios en absoluto. Más bien al contrario. Lamont Hamilton se hizo pequeño cada vez que aparecían sus interminables brazos en el aire. Pleiss lo hizo pequeño, lo redujo. Y aunque después, con Lampe y Nemanja, el pívot neoyorquino pudo ofrecer algunas pinceladas de su variado repertorio, quedará para el recuerdo el tremendo tapón que le regaló el poste alemán en un intento de mate que quedó abortado de manera tajante.
Tras haber sufrido una inoportuna mononucleosis que ralentizó su ritmo de adaptación y le impidió rendir al máximo durante un par de meses, el crecimiento del jugador alemán, cuyo futuro parece al otro lado del Atlántico, ha resultado imparable. Lo mejor de todo para Tabak, con quien parece mantener una relación paterno filial de la que ambos están sacando jugo, es que va a alcanzar la fase definitiva, las eliminatorias por el título, en un estado de forma sensacional.
Eso proporciona más variedad de recursos a un Baskonia que tiene de todo en su batería interior (tiradores, anotadores y un currela) pero que durante el curso ha hecho falta una presencia dominante e intimidatoria en la zona. Ya la tiene. Ayer, el gigante alemán ensombreció el cielo de Bilbao. En sus manos está seguir aumentando su relevancia y poder acercarse a otro pívot legendario que lució el 21 en este equipo.