Vitoria. El Caja Laboral de Zan Tabak culminó la noche del jueves su clasificación para el play off de cuartos de final de la Euroliga. El equipo azulgrana recupera el espacio que le corresponde. Por octava vez en las nueve ediciones en las que el torneo se ha disputado con el actual formato, estará entre los ocho mejores. A pesar de su patente irregularidad, de las dudas que ha generado y de sus limitaciones presupuestarias, el combinado gasteiztarra volverá a pelear por estar presente en la Final Four. Y no estará solo en la búsqueda de lo que se presenta como una misión casi imposible, ante quizá el gran favorito al título. Una vez mas, y son incontables los precedentes, se verá arropado por su incondicional hinchada, que ha vuelto a dar la cara hasta el punto de convertirse en un factor determinante.

El baskonismo saca pecho en Europa. Más allá de que Vitoria sea de lejos la ciudad de menor tamaño que dispondrá de un equipo en las eliminatorias del Top 8, las cifras reflejan con elocuencia la fidelidad de una afición de Final Four. Los datos de asistencia que registra el Buesa Arena sitúan la capital alavesa como una de las capitales continentales del baloncesto. Sólo el Zalgirio Arena de Kaunas, en un país como Lituania donde el de la canasta es de largo el deporte rey, ha presentado un mejor promedio de espectadores que al coliseo de Zurbano. Más de 12.000 gargantas (en concreto 12.393) han acudido de media a cada uno de los siete encuentros del Top 16 que el Caja Laboral ha disputado como anfitrión. Muy cerca de los 12.882 que han respaldado al Zalgiris de Joan Plaza, que se ha quedado al final en la cuneta. En Vitoria, al contrario que en Kaunas, la comunión entre afición y equipo sí ha resultado efectiva. Al final, de hecho, se ha revelado determinante. Y la directiva azulgrana confía en que lo siga siendo en la complicada empresa que se le presenta ahora al equipo.

El club ha diseñado una política de precios ajustada al presente contexto económico. Según explicó ayer el máximo responsable de marketing del Baskonia, Mikel Bárcena, "se vuelve a precios de la temporada 2006/2007". La idea es clara: que la plantilla azulgrana vuelva a disponer del aliento de su parroquia en el partido -o partidos- que acogerá el pabellón de Zurbano dentro de la eliminatoria de cuartos de final que arrancará este miércoles en el Universal Sports Hall de Moscú. La ventaja de campo permitirá al equipo de Ettore Messina disponer de las dos primeras balas para certificar su favoritismo en su cancha. Al margen de este primer duelo, que arrancará a las 18.00 horas, el viernes se jugará el segundo en idéntico escenario. A partir de ahí, la serie se trasladará a Vitoria. El miércoles 17, en principio a las 20.30 horas, se jugará el tercer choque de este duelo al mejor de cinco. Si hiciera falta, el viernes 19 se disputaría el cuarto, también en el Buesa Arena. Aún podría haber un quinto, sin fecha definida, que volvería a disputarse en la capital rusa. La idea, no obstante, pasa por culminar el milagro en casa, ante una afición que se ha revelado determinante en las citas de alto voltaje que ha tenido que afrontar el equipo.

"Tenemos que intentar venirnos con una victoria de Moscú para después tirarlos en casa", confesaba Andrés Nocioni, máximo pontífice del baskonismo militante. El argentino, capaz de poner en pie a la grada con su honesto derroche espiritual, apenas quiso celebrar la clasificación. Pocos minutos después de que el bocinazo certificara la eliminación del Montepaschi y el pase a cuartos, ya le daba vueltas en la cabeza a la eliminatoria ante los rusos. Fiel a su personalidad, lo hacía además con toda la ambición que ha acompañado su juego desde que debutó hace ya 13 años con la elástica baskonista. "Hemos hecho muchos milagros hasta ahora. Podemos pensar en uno más y ganar al CSKA", sentenciaba.

Todo volverá a pasar por el Buesa Arena. El Baskonia, consciente del desequilibrado potencial entre ambas plantillas, volverá a encomendarse al embrujo de su otrora inexpugnable feudo. Se quiere volver a registrar una entrada a la altura de las circunstancias. El precio de los tickets, de hecho, se ha reducido un 15% con respecto a la última aparición del conjunto azulgrana en el Top 8, hace dos temporadas. Y se premiará ante todo la fidelidad de los abonados, el precio de cuyas entradas oscilará entre los 9 euros de los sectores superiores y los 27 de las áreas más próximas a la cancha. Cada socio, que cuenta en el talonario de entradas con las de estos dos partidos de cuartos, dispondrá hasta el jueves 11 de abril para reservar su propia localidad. Además, se habilita la opción de que cada socio pueda adquirir una localidad adicional en su zona a precio de abonado. Los no abonados, por su parte, deberán sufragar entre los 14 euros que cuesta la entrada más barata, en los sectores más elevados, y los 54 que cuestan las localidades a pie de cancha.

De uno u otro modo, el club aspira a volver a aprovechar el empuje de la afición en esta eliminatoria tan complicada y en la que Zan Tabak buscará su tercer milagro continental. La marea roja volverá a hacer acto de presencia en los graderíos del Buesa Arena, puesto que se regalará además una camiseta de este color a todos los aficionados que acudan a los encuentros. La hinchada baskonista tendrá ocasión de exhibirse de nuevo. Una afición de Final Four tratará de ayudar a su equipo a conseguir un billete para la cita de Londres.