el billete para los cuartos de final de la Euroliga se mantiene como un objetivo complejo pero todavía al alcance de un Caja Laboral que no ha dicho su última palabra en un grupo caliente con cinco equipos separados por únicamente dos victorias cuando faltan cuatro partidos para echar el telón al Top 16. Las espadas se encuentran en todo lo alto y de una semana a otra pueden registrarse imprevisibles vuelcos en la clasificación habida cuenta de la igualdad existente y los numerosos enfrentamientos directos que restan por celebrarse entre los selectos aspirantes a erigirse en uno de los ocho mejores del Viejo Continente.
La undécima jornada, que se abre mañana en el grupo F con tres compromisos plagados de tensión y con muchas cosas en juego, puede ser propicia para los intereses baskonistas en caso de que se conjuguen ciertos resultados factibles. El cuadro adiestrado por Tabak suspira por una triple carambola que le devuelva a los puestos de privilegio que dan acceso a la eliminatoria previa a la Final Four. Para que se hagan momentáneamente con la cuarta plaza, los alaveses deben ganar sí o sí a un Fenerbahce ya eliminado, confiar en que el Khimki profane el Nokia Arena ante un renacido Maccabi -posiblemente, la premisa más compleja- y, por último, aguardar la derrota del Olympiacos en el inabordable Palaestra de Siena frente a un Montepaschi que, de momento, permanece imbatido como anfitrión desde el inicio del Top 16.
El último requisito para materializar dicho objetivo es que la diferencia entre el triunfo azulgrana ante los turcos y el traspié de los helenos en tierras toscanas haya más de cinco puntos. Cabe recordar que Caja Laboral y Olympiacos tienen el average particular igualado -en los dos encuentros entre ambos el resultado fue idéntico (82-74)- y, en caso de empate final a victorias, se mirará el general, siendo ahora de +26 para los pupilos de Bartzokas y de +21 para el inquilino del Fernando Buesa Arena.
Hará bien el cuadro vitoriano, en cualquier caso, en estar pendiente exclusivamente de sus propios resultados, ya que la victoria ante el Fenerbahce le dejará vivo antes de afrontar dos desplazamientos terribles a Barcelona y Moscú que dictarán sentencia. El último compromiso del Top 16, que puede ser la llave de la clasificación o completamente intrascendente si el Baskonia pierde una de las dos salidas anteriores, tendrá lugar en casa ante el Montepaschi. El objetivo es alcanzar las ocho victorias, aunque puede que éstas no sean suficientes dado que ya se ha perdido el average con el Maccabi y recuperar once y doce puntos con los italianos y el Khimki respectivamente parece una misión imposible.