Vitoria. Cada vez que se acerca un partido continental, el vestuario se conjura y hace piña para proclamar su ansia de redención. Sin embargo, estas buenas intenciones no se llevan luego a la práctica. Por ello, el Caja Laboral se halla contra las cuerdas en un Top 16 donde arrancó como los ángeles y ha ido degenerando en un mal trago ante las continuas concesiones de un equipo impotente a la hora de frenar una sangría de derrotas con escasos precedentes. No aprende de los errores y es reincidente a la hora de dejar pasar oportunidades de oro que le permitan reengancharse a la pelea por un puesto en los cuartos de final de la Euroliga. Esta tarde-noche, ha llegado definitivamente la hora de cambiar una inercia desalentadora y propinarse una alegría que devuelva las esperanzas de hacer algo grande en el torneo más glamouroso.

En el Abdi Ipekçi, un escenario de gratos recuerdos tras la última victoria ante el Anadolu Efes en la primera fase pese a que allí también perdió el antiguo Taugrés una Copa de Europa frente al todopoderoso Benetton, aguarda -con permiso de los dos alemanes que circulan en el Grupo F- el peor equipo de este Top 16. El Besiktas, inédito tras la disputa de nueve jornadas y que no podrá contar con el ya cortado Jerrells ni tampoco con el lesionado Ewing, se perfila como el rival idóneo para quebrar una dinámica que ha asomado a los alaveses al precipicio de la eliminación. No podía deparar el calendario un desplazamiento más amable debido a la pésima trayectoria y la nula motivación de unas Águilas Negras sin alicientes en juego más allá del orgullo de la plantilla por estrenar su casillero. En principio, al Baskonia también le aguarda una nula presión ambiental. Algo que no es habitual cuando uno viaja a un país donde se vive el baloncesto con tanto fervor. Todos los ingredientes juegan a favor del bloque alavés, que si bien cuenta con dos tocados entre sus filas (Cook y Jelinek) dispone del potencial suficiente para superar sin agobios el escollo más fácil de los cinco que le restan para concluir esta liguilla.

El aplastante 77-51 de la ida ya dejó bien a las claras la vulnerabilidad de un Besiktas que es una sombra del que consiguió la pasada temporada un doblete histórico en su país que le está permitiendo en la actualidad disputar la Euroliga por primera vez en su historia. Bastará una mínima aplicación defensiva para terminar sometiendo al conjunto que menos puntos anota de todo el Top 16. Con unos escuálidos 61 de media, se antoja imposible que el Baskonia desaproveche la ocasión de hurgar en la herida de un anfitrión más centrado en su delicada situación a nivel doméstico que en cualquier otra cosa. Claro que un exceso de confianza tiene visos de convertirse en el peor enemigo azulgrana antes de encarar un compromiso que necesita ser disputado con la máxima seriedad y concentración para evitar el sonrojo.

El doble enfrentamiento que se avecina ante los conjuntos turcos debe servir para clarificar la situación dentro de un grupo donde, salvo el Besiktas y el Fenerbahce, nadie ha dicho su última palabra. Con todo lo que ha llovido en estas últimas jornadas de auténtica pesadilla, todo hace indicar que los alaveses dependen todavía de sí mismos para inmiscuir su figura entre los más grandes. Entre un puñado de anónimos baloncestistas turcos que no dicen nada dentro del concierto internacional, el recién llegado Minard, Christopher, Markota y Vidmar son los rostros más conocidos de un rival anárquico que solo intentará oponer resistencia por vergüenza torera.