En pocos meses ha pasado de ser una de las estrellas más rutilantes de la ACB ataviado con la elástica del Valencia Basket a ser prácticamente uno de los últimos de la fila en el Maccabi, un grande de Europa venido a menos de un tiempo a esta parte tras su pérdida de pujanza económica. Nik Caner-Medley, de 29 años y 2,03 metros, aterriza mañana en el Fernando Buesa Arena siendo una pequeña sombra del cuatro deslumbrante que estuvo durante los pasados mercados estivales en la agenda de un buen puñado de equipos punteros, entre ellos un Caja Laboral. Antes de concretar la llegada de Milko Bjelica, la secretaría técnica baskonista barajó su nombre para complementar a Mirza Teletovic o incluso ser su recambio cuando se confirmó la marcha del francotirador bosnio a los Nets de Brooklyn.
Su cotización estaba lógicamente por las nubes, mucho más después de que sus representantes le consiguieran un pasaporte azerbayano para que dejara de ocupar plaza de extracomunitario. Finalmente, dio con sus huesos en Tel Aviv tentado por un suculento contrato de dos temporadas a cambio de un millón de dólares netos por cada una de ellas. Otros interesados, principalmente el Galatasaray, se quedaron con la miel en los labios y no pudieron adquirir a un interior versátil, móvil, dotado de una buena mano desde la larga distancia y con notables aptitudes reboteadoras.
A las órdenes de un entrenador tan prestigioso como David Blatt que acostumbra a sacar el máximo jugo a sus grupos y no tira piedras contra su propio tejado, el poste de Beverly (Massachusetts) está pasando completamente desapercibido. Hasta el punto de que, en vísperas del comienzo del Top 16 de la Euroliga, llegó a estar con más de un pie fuera de tierras hebreas debido a su decepcionante rendimiento y su inadaptación a los sistemas del otrora seleccionador ruso. Su elevado salario hizo entonces inviable una operación que hubiese supuesto un serio quebranto para la tesorería del Maccabi y, en su lugar, quien hizo las maletas fue el georgiano Shermadini con destino al Olympiacos, otro rival de los protagonistas del duelo de mañana dentro de la liguilla.
En los 15 partidos continentales, Caner-Medley promedia poco más de once minutos en los que aporta unos escuálidos 3,3 puntos, 2,3 rebotes y 0,5 asistencias. Sus porcentajes son impropios de un jugador que incluso gozó de boletos para ser nominado MVP de la ACB, ya que firma un irrisorio 23% en tiros dobles y un 42% en triples, una de sus grandes especialidades. Por delante suyo, figuran en la rotación del estadounidense un consumado intimidador como Shawn James, el exbaskonista Lior Eliyahu y el fornido croata Darko Planinic, contratado por la entidad de Simon Mizrahi en diciembre del año pasado procedente del Siroki para cubrir las carencias en la pintura.
Antes de recalar en el Maccabi, Caner-Medley circuló durante cinco años a través de la ACB como uno de los interiores más consistentes y eficaces. Berdi Pérez, ese descubridor de mirlos blancos con que cuenta hoy en día el Gran Canaria, le reclutó en el verano de 2007 para las Islas y su apuesta no tardó en recoger los frutos. Al curso siguiente, desembarcó en Sevilla para hacerse un hueco en la zona del Cajasol. De allí emigró al Estudiantes, donde por espacio de dos ejercicios ofreció un excelente rendimiento que le permitió erigirse en el jugador más valorado de la competición. Estas actuaciones llamaron la atención del Valencia Basket, al que aportó su granito para que el equipo dirigido por Perasovic sellase el pasaporte hacia la final de la Eurocup y la semifinal liguera. Únicamente queda confiar en que el estadounidense no despierte mañana de su letargo en la enésima final continental para un Baskonia ya sin margen de error en su frenética carrera hacia los cuartos de final.