Vitoria. Zan Tabak tenía ayer la madre de todos los cabreos. El entrenador azulgrana estaba enfadado pero, lo que es más importante, quería que todo el mundo supiera que estaba enfadado. Especialmente, sus jugadores. "Esto es una vergüenza y no se puede permitir", criticó el técnico con su primera bala. No iba a ser la última. "Esto no es un problema técnico o táctico, no es un tema particular. Es un tema general. Este equipo está ahora en el mismo estado que cuando yo llegué aquí", disparó de nuevo el croata, cuyos gritos de rabia durante el partido aún resuenan en las paredes del pabellón del Olympiacos. Motivos no le faltaban. El Caja Laboral sumó ayer la cuarta derrota consecutiva en este Top 16 y, aunque ni mucho menos cierra el camino de ida a la Final Four de Londres, sí lo complica de un modo un tanto inesperado hace apenas unas semanas. Eran los tiempos de la racha de 17 victorias, ahora tal vez olvidados.
"No podemos jugar ni ganar contra nadie hasta que no recuperemos nuestra forma de jugar. Este equipo puede competir contra todos, pero con una actitud correcta", lamentó Tabak en declaraciones a Radio Vitoria antes de echar mano del rifle de francotirador y apuntar con la mirilla directamente a sus pupilos, aunque sin dar nombres. "Hay gente que ha bajado los brazos y ahora los jugadores no salen con intensidad desde el principio. En los entrenamientos veo una imagen muy distinta, con intensidad, que no veo en los partidos", explicó apesadumbrado, consciente del germen que desde hace un tiempo parece haberse incubado en una gran parte de la plantilla vitoriana.
"Lo más importante en el baloncesto es la energía. Si no la tienes, no hay ninguna cuestión táctica a discutir. Jugamos con mucha energía en el inicio del Top 16, pero ahora ya no la tenemos", sentenció el entrenador, que ahora dispone de apenas un día para preparar el duelo de mañana contra el Herbalife Gran Canaria en el Buesa Arena. En lo más alto de la lista de problemas a mejorar está sin duda la defensa. "La defensa se ha convertido en un problema para nosotros, como demuestra que hayamos permitido al Olympiacos meter 80 puntos. Tenemos que trabajar duro para ganar concentración y recuperar energía porque, de lo contrario, no seremos competitivos", aseguró. A la espera de que sus jugadores reaccionen, el preparador baskonista intentó ayer con sus palabras forzar un rápido cambio de actitud en sus hombres. "Espero que recuperemos a uno o dos jugadores y tener frescura en ataque porque este equipo no puede jugar de la manera en la que hemos jugado, intercambiando canastas. Necesitamos cambiar eso", incidió finalmente un Zan Tabak que, apenas unos meses después de aterrizar en la capital alavesa, vive su primera gran crisis al frente de un banquillo.