GRAN CANARIA Bellas (8), Toolson (2), Newley (5), Nelson (11), Rey (22) -cinco inicial-, Báez (5), Tavares (2), Scheyer (12), Beirán (7) y Guerra (0).
BILBAO BASKET López (3), Vasileiadis (13), Mumbrú (15), Hervelle (2), Hamilton (12) -cinco inicial-, Zisis (4), Moerman (4), Rakovic (4), Grimau (2) y Pilepic (3).
Parciales 21-19, 17-15, 17-15, 19-13.
Árbitros Pérez Pizarro, Conde y Cortés.
vitoria. A la octava, fue la vencida. Después de siete intentos fallidos, el Gran Canaria rompió ayer por fin con el maleficio que le martirizaba en el torneo donde siempre se le resistía la gloria de un triunfo. Sus intentos de avanzar hacia la penúltima ronda se habían estrellado ante un muro de hormigón que esta vez saltó por los aires. El damnificado fue un Bilbao Basket que defraudó por completo y abandonó la Copa a las primeras de cambio por la puerta de atrás incapaz de contener la energía y el entusiasmo de un rival encabezado por un celestial Xavi Rey.
La severa disciplina insular puso en jaque a un Bilbao Basket que se vio a remolque desde el primer cuarto. El cuadro de Pedro Martínez justificó las razones que posibilitaron su presencia en el Buesa Arena. Rocoso, aguerrido y con un pundonor a prueba de bombas para esconder sus limitaciones, minimizó al máximo las virtudes de los hombres de negro. Katsikaris no encontró la fórmula para que sus pupilos se despojaran los férreos grilletes amarillos y que un partido disputado casi siempre en mitad de pista a un ritmo cansino cobrara algo de vivacidad y desenfreno anotador.
Xavi Rey, ante la atenta mirada de Orenga en la primera fila de la banda, se reivindicó para la selección con una actuación sobresaliente. Martirizado por una lesión que le ha tenido fuera de combate desde la pretemporada tras su participación en una Liga de Verano, el poste catalán mostró el camino de la victoria a sus compañeros. Rakovic, Hamilton y Hervelle se vieron empequeñecidos. Sin embargo, los vizcaínos cavaron su fosa en ataque al firmar unos porcentajes nefastos y vivir un suplicio para anotar.
El dominio de los pupilos entrenados por Pedro Martínez se hizo todavía más patente a partir del tercer cuarto (55-44) en el momento de mayor inoperancia del teórico favorito, aunque cinco tiros libres a cargo de Mumbrú y Rául López frenaron en parte la hemorragia. La impotencia del Bilbao Basket, por momentos desquiciado y preso de la ansiedad, se agudizó en las postrimerías de un duelo que se consumió con una lección de baloncesto control por parte de los insulares. Para jolgorio de un Buesa Arena que disfrutó de lo lindo ante la prematura caída de uno de sus enemigos irreconciliables, el Gran Canaria finalizó la velada como los grandes toreros y una piña multitudinaria en el centro de la pista.