vitoria. Era uno de los pocos alicientes, por no decir el único, de un partido que, a la postre, corroboró los peores presagios y resultó soporífero debido a un carrusel de despropósitos impropios de jugadores profesionales. El estreno de Omar Cook, el nuevo rostro del Baskonia para poner orden y disciplina en un timón demasiado inestable, constituyó uno de los pocos aspectos noticiosos de un choque que no pasará a la historia por la estética y las florituras del mismo.

La de ayer fue una jornada en la que no se pueden sacar conclusiones, ni por la escasa motivación exhibida por el grupo alavés ni por la paupérrima identidad del recién ascendido que aterrizó en el recinto de Zurbano, pero nadie duda que el base estadounidense nacionalizado montenegrino se encuentra predestinado a ser el hombre titular para los momentos calientes conforme vaya asimilando los sistemas, conociendo a sus compañeros y sumergiéndose en la filosofía azulgrana. Que a las primeras de cambio, y sin tiempo para haber interiorizado casi nada de su nuevo hogar, terminara con más valoración que dos jugadores mucho más hechos al colectivo ya resulta sintomático de lo que tiene y debe ocurrir a medio-largo plazo.

Y es que Cook, obligado a relanzar su carrera tras su aciaga experiencia en el Armani a las órdenes de Scariolo, ha decidido pisar fuerte desde los primeros compases. El flamante fichaje hizo acto de presencia en sustitución de Cabezas a falta de 5´21 para clausurar el segundo cuarto con 37-21 en el marcador. En cuanto Tabak le llamó a filas, el Buesa Arena le recibió con una atronadora ovación en un gesto, a todas luces, premonitorio sobre el ferviente ansia de degustar savia fresca en la controvertida dirección de juego. Heurtel y el marbellí le precedieron en la rotación, ya que el técnico croata quiso efectuar un reparto equitativo de minutos en la primera ocasión de que ha dispuesto de este terceto.

Lo cierto es que Cook no desentonó y dejó detalles para la esperanzas. Apenas quedó constancia de que únicamente lleva dos entrenamientos en la capital alavesa. No tardó tiempo en evidenciar que es un timonel curtido y con cicatrices en el cuerpo que conoce a la perfección todos los entresijos de este juego. Sin grandes estridencias frente a un endeble rival cuyos pares tampoco le exigieron demasiado, tomó varias decisiones correctas que agradaron al respetable.

Musculoso y dotado de un físico privilegiado para apretar atrás, el uno nacido en Brooklyn extrajo petróleo de su poderosa complexión física para, en una de sus primeras acciones, protagonizar una pillería muy aplaudida robando el balón a Ricardo Uriz y efectuando un mate sin apenas esfuerzo. Lógicamente, su falta de química con algunos compañeros, especialmente Tibor Pleiss, también salió a la luz en varias jugadas concebidas para ejecutar el pick and roll. De ahí que no arriesgase en exceso a la hora de doblar el balón.

Durante su primera intervención, en la que erró dos lanzamientos exteriores como contrapunto negativo, el CB Canarias logró un parcial favorable de 10-15. Sin embargo, fueron minutos en los que la solvencia defensiva del Caja Laboral perdió muchos enteros y una absurda técnica de Nocioni concedió numerosos tiros libres a los insulares para estrechar el marcador. Tabak gestionaría de forma similar su segunda aparición en pista tras el intermedio. Después de que tanto Heurtel como Cabezas pasaran de puntillas en la segunda mitad, Cook debió acudir al rescate del equipo esta vez a falta de 7´55 para el epílogo. No contribuyó a dotar de una suprema espectacularidad al juego, pero bajo su mando el Caja Laboral volvió al menos a ampliar la renta. En el futuro, con total seguridad, vendrán batallas más exigentes.