Valladolid. Omar Cook ya es jugador del Caja Laboral. El base estadounidense, que llega procedente del Armani Jeans Milán pero que conoce la ACB tras haber militado en las filas del Unicaja y el Valencia Basket, aparece en el horizonte azulgrana como la pócima para solucionar los problemas en la dirección de juego que venía mostrando el equipo. El timonel nacido en Brooklyn, que en enero cumplirá 31 años, se ha comprometido con el conjunto vitoriano hasta el final de la presente temporada.
El club hizo oficial el fichaje casi al mismo tiempo que el equipo iniciaba el encuentro ante el Blancos de Rueda en el Pabellón Pisuerga. A las órdenes de Tabak estaban todavía los tres bases que formaban parte de la plantilla desde que arrancó el curso. Con la incorporación de Cook, ya son cuatro, por lo que en las próximas horas uno de ellos tendrá que abandonar la disciplina del cuadro azulgrana. No existen dudas sobre quién será. Taylor Rochestie hace tiempo que tiene pie y medio fuera de Vitoria. Pero el club, que trata de apurar hasta el último euro en cada operación, sigue sin alcanzar un acuerdo con su representante para finiquitar la rescisión.
Se da la curiosa circunstancia de que Cook, americano con pasaporte comunitario, tuvo que ceder su plaza en la selección de Montenegro a Rochestie. Ahora se produce la situación contraria. Será Cook quien relevará en el cuadro baskonista a un jugador que se marcha sin apenas haber gozado de la oportunidad de demostrar su valía. El overbooking de bases se convirtió en un problema con Ivanovic y Tabak no se ha andado con tonterías. Sólo dos han tenido protagonismo desde que llegó el croata. Rochestie quedó condenado a una salida que en teoría debe llegar en las próximas horas.
Al timonel nacido en Houston no le van a faltar pretendientes. Se habla del interés de algunos equipos en Francia e incluso de que el Scavolini de Pésaro, colista de la Lega, lo contempla como una posible solución a sus problemas. También hay al menos un par de clubes de ACB de la zona baja que estarían dispuestos a hacerse con sus servicios. Al fin y al cabo, se trata de un jugador que llegó con cierto cartel a Vitoria. No le ha bastado, sin embargo, para convencer. Y ahora su plaza la ocupará un Cook que parece encajar mucho mejor en el perfil de director de juego más cerebral que buscaba el Baskonia.
Este refuerzo debe al menos ayudar a reducir el déficit de cordura que se había detectado en un puesto de base titular para el que no convencía ni convence del todo -al menos aún- Thomas Heurtel. La duda estriba en saber cómo realizará el encaje de bolillos ahora Tabak. Sigue teniendo tres directores de juego y cuarenta minutos para distribuir entre ellos. Cabezas, que ya coincidió con Cook en Unicaja, está cumpliendo más que el galo en el rol secundario que le ha asignado Tabak, pero habrá que ver cómo distribuye el protagonismo al final.