vitoria. Se disiparon las últimas dudas que se cernían sobre la composición definitiva del grupo F de la Euroliga. En caso de victoria, el Baskonia ya conocía desde el pasado jueves que debería competir en el Top 16 con el Maccabi, el Barcelona, el Khimki, el Montepaschi, el Fenerbahce y el Besiktas. Faltaba por saber la identidad del segundo clasificado de su lote en la primera fase para dilucidar su último compañero de baile. Y, como cabía esperar, el elegido resultó el Olympiacos, que consumó el fiasco del Armani de Scariolo pero no dependía de sí mismo para alcanzar el liderato. Los helenos se quedaron con la miel en los labios para desbancar al Zalgiris, una de las revelaciones de la presente edición continental que aplastó al Anadolu Efes y finalmente accederá a la siguiente fase como cabeza de serie.
Despejada esta incógnita, y tras haber sufrido lo que no está en los escritos para lograr su propósito, el Caja Laboral se ha integrado en un grupo de la máxima exigencia donde, salvo el Besiktas, la mayoría de sus oponentes iniciaron la competición con el objetivo de inmiscuir su figura en la Final Four de Londres. Queda el consuelo de que el Fenerbahce o el Montepaschi han dado síntomas de fragilidad en la ronda inicial, que el Khimki baja muchos enteros cuando actúa a domicilio, varios jugadores de un Maccabi con problemas internos están en la cuerda floja (Shermadini, Caner-Medley, Pnini...) y que el Barcelona ya mordió hace unas semanas el polvo con facilidad en el Buesa Arena. El debut azulgrana se producirá el 27 ó 28 de diciembre, aunque hasta este lunes 17 no se sortearán los emparejamientos.
El grupo E también tendrá su miga, ya que ha quedado conformado por seis pesos pesados como el Zalgiris, el Real Madrid, el CSKA, el Unicaja, el Panathinaikos y el Anadolu Efes, y a priori dos cenicientas como los alemanes del Alba Berlín y del Brose Baskets.