Vitoria. LA incertidumbre apenas duró el cuarto inicial. Diez minutos tenebrosos en los que sobrevolaron los viejos fantasmas de las jornadas precedentes quedaron, a la postre, como una simple anécdota. Sin embargo, la sangre no llegó al río y el Baskonia se rehizo con solvencia, personalidad y entereza. Para ello, Zan Tabak tuvo que cambiar por completo la fisonomía de un quinteto inicial que no había respondido a la altura de lo exigible. Desfilaron hacia el banquillo unos gélidos Heurtel, Oleson, San Emeterio, Milko Bjelica y Lampe para que un refrescante soplo de aire fresco inundara el abarrotado coliseo azulgrana.
Sorprendido y contrariado por la falta de tensión del equipo y la extrema comodidad con que la cuerda exterior del Cedevita estaba hallando una autopista hacia el aro, el técnico croata aplicó la cirugía necesaria para cambiar el decorado. La entrada de Cabezas, Causeur, Nocioni, Nemanja Bjelica y Pleiss obró un efecto terapeútico para que, de ahí a la conclusión de un duelo descafeinado por la nimia oposición visitante, el billete para el Top 16 de la Euroliga no corriera ningún tipo de peligro. Los réditos apenas tardaron en dejarse sentir. El momentáneo 15-19 precedió la inclemente tormenta alavesa en forma de robos, contragolpes y triples.
El Caja Laboral se entonó en un segundo cuarto que destapó la fragilidad croata con un abrumador parcial (34-13) que dejó todo visto para sentencia. La abúlica cara de los compases iniciales se transformó en otra mucho más aguerrida y encolerizada que encendió a una grada dispuesta a llevar en volandas a sus discípulos hacia la gloria de la siguiente fase. Dentro del notable trabajo colectivo, dos piezas brillaron con luz propia. Nocioni inoculó su garra y espíritu al resto con un férreo marcaje a Wright y Gelabale, los brazos ejecutores de los balcánicos hasta ese instante que habían desarmado a unos inoperantes Oleson y San Emeterio.
Si el argentino suministró ese trabajo sucio que tanto valoran los entrenadores en labores defensivas y reboteadoras, Causeur se vistió con el frac de killer para destapar el tarro de las esencias en ataque. El elegante zurdo galo, silencioso pero altamente efectivo, materializó 14 puntos en ese acto con un espectacular pleno desde los 6,75 metros. La figura de ambos exteriores locales se agigantó mientras Wright se perdía en estériles protestas a los colegiados y Gelabale comenzaba a orientar su pensamiento en el inminente salto al Valencia Basket. A la sombra de esta estelar pareja, Cabezas aportó tablas en la dirección, Nemanja Bjelica disparó sus dígitos ofensivos con varios chispazos de su talento y Pleiss fortaleció un juego interior donde Lampe tiende a esquivar la pelea en las inmediaciones del aro.
Tras el descanso, y con todo sentenciado, Tabak volvió a depositar su confianza en el cinco inicial. Con el viento de cara frente a un forastero destruido, casi todos los integrantes sumaron para la causa baskonista hasta acabar de raíz con el suplicio que ha supuesto durante muchas jornadas la ronda inicial de la Euroliga. Una liberación soñada que debe redundar en un atracón de confianza para el equipo en espera de que la directiva robustezca los cimientos con algún fichaje de campanillas. El cuerpo técnico puede respirar, al menos, más tranquilo al comprobar que dispone de un considerable fondo de armario.