Vitoria. Zan Tabak tuvo que hacer esfuerzos para adaptar su lengua y su mente al castellano. El nuevo entrenador del Caja Laboral, cuyo físico impone en la misma medida que la convicción que mostró en su primera comparecencia pública, llegó al Buesa Arena sin que hubiera transcurrido siquiera un día desde que recibió la oferta que ha podido cambiar para siempre el destino de su vida. La mañana del lunes era el preparador del Trefl Sopot, el líder de la modesta liga polaca. Ayer, tras unas gestiones meteóricas y una mañana frenética de vuelos, se había transformado en el sustituto de Dusko Ivanovic en el Baskonia.
El preparador nacido en Split, que más allá de su papel como asistente de Joan Plaza apenas cuenta con unos meses de experiencia, no ha dejado pasar un tren al que llevaba mucho tiempo esperando. Por arriesgado que resulte coger el testigo de una institución del baskonismo como Ivanovic y tomar las riendas de un vestuario ahora mismo en una situación convulsa, Tabak ha puesto por delante una ambición que en su día ya le llevó a dejar a su familia en España para lanzarse a la aventura de Polonia.
"He estado siete años de mi vida preparándome para esto", aseveró en el acto de presentación que se celebró en la sala de prensa del Buesa Arena donde hacía menos de dos días que Querejeta notificó el despido de su predecesor. "Aunque es cierto que no esperaba una oportunidad tan pronto en un club tan grande como el Baskonia", reconoció el croata, que envió en su discurso el mismo mensaje en clave positiva que pretende difundir en el vestuario.
Tabak no se escondió. Reconoció que asume una misión complicada, un viaje en el que se encontrará obstáculos y en el que muchos factores pueden influir para que el barco se vaya a pique. Pero fue taxativo y no se amedrentó al contemplar otra oportunidad para reflejar el tremendo hambre de gloria con el que acababa de aterrizar en la capital alavesa: "Me siento preparado para pasar al Top 16", zanjó.
Su destino quedó ayer ligado al de un equipo al que tendrá que sacar jugo de manera casi inmediata. El antiguo pívot criado en la cantera de la Jugoplastika, campeón de la NBA como suplente del legendario Hakeem Olajuwon, ha aceptado unas condiciones que distan mucho del grado de responsabilidad que adquiere y el nivel del club. Josean Querejeta no ha querido pillarse los dedos de nuevo. Ha sabido captar a un técnico con sed de gloria y le ha ofrecido una oportunidad que queda supeditada a los méritos que contraiga en los próximos meses.
Sorprendió que el máximo dirigente de la entidad azulgrana no arropara al nuevo técnico en su presentación. Le tocó a Félix Fernández ejercer como maestro de ceremonias y transmitir un mensaje de confianza que, sin duda, habría resultado mucho más convincente de haber salido de la boca del propio Querejeta. "Estamos convencidos de que es nuestro entrenador. Debemos estar todos estamos unidos y tirar hacia adelante", manifestó el director deportivo del Baskonia.
Tabak, que de inicio se mostró mucho más abierto a la prensa que su antecesor, reconoció que no tuvo que pensárselo demasiado antes de aceptar la propuesta del equipo vitoriano. Más allá de las complicaciones que pueda encontrarse de partida, evidenció el empuje con el que quiere reactivar el vestuario.
"En tres días es difícil cambiar las cosas", señaló ante el inminente debut que le enfrentará en la pista del Zalgiris a su maestro. "Pero espero que mi llegada suponga un choque mental". Un choque que, según expresó, debe inyectar una actitud renovada a un equipo en el que aplicará un baloncesto que descansará en la actividad defensiva.
"Creo que todo empieza desde la defensa", declaró un Tabak que no tuvo problemas en admitir que sus equipos se asemejan en ese punto a los de Joan Plaza, aunque también matizó que difieren en ataque. El nuevo preparador del Caja Laboral quiso de esa manera desligar su imagen a la de su maestro. Y, de paso, a la de cualquier otro.
Zan Tabak es Zan Tabak. O sea, no es Dusko Ivanovic. "Dusko ha dejado una huella que nadie podrá borrar. Es mi amigo, le aprecio y le respeto, pero yo no soy Dusko. Mi forma de entender el baloncesto es diferente", precisó. "Mi estilo es balcánico, pero que nadie olvide que deportivamente me crié en España".
Más allá de estilos, en todo caso, la primera batalla de Tabak se librará en el cambiador. Debe enderezar el rumbo -y en algunos casos la actitud- de unos jugadores que han ofrecido síntomas de agotamiento tanto mental como físico en las últimas semanas. Para empezar, mandó un recado al ser preguntado por las declaraciones de Lampe del domingo en las que aseguró que con Ivanovic algunos jugadores no se sabían los sistemas. "Me cuesta creerlo. Muchas veces los jugadores buscan excusas que no se deben buscar", replicó. Con Tabak no valdrán las excusas. Su destino ha quedado ligado al de sus hombres. Esa es la garantía que buscó el Baskonia al realizar esta arriesgada apuesta.