vitoria. Josean Querejeta está viviendo una de las situaciones más complicadas a las que ha tenido que hacer frente desde que tomó las riendas de Saski Baskonia hace casi un cuarto de siglo. El hombre que ha integrado al club vitoriano en la élite del baloncesto continental mastica la que puede considerarse como la decisión más difícil que le haya podido tocar asumir. El máximo dirigente baskonista sopesa desde hace semanas la posibilidad de destituir a Dusko Ivanovic para tratar de dar con un revulsivo que rescate al equipo del estado de caos en el que se encuentra y que lo ha conducido a lo que, salvo milagro, será su segunda eliminación de la Euroliga a las primeras de cambio.

La gota que colmó el vaso de la paciencia del club fue la derrota de hace diez días en Zagreb ante un Cedevita que parecía desahuciado y que ahora, sin embargo, se encuentra en mejor disposición que el propio Caja Laboral para meterse en el Top 16. La postura de gran parte de la grada en el partido de este viernes ante el Olympiacos puede precipitar los acontecimientos, si bien han sido hasta la fecha tanto cuestiones económicas como deportivas las que han mantenido al balcánico en su puesto.

A día de hoy, a pesar del tremendo respaldo que ha tenido históricamente en el Buesa Arena, la proporción de aficionados que apuestan por el relevo supera a la de los que siguen defendiendo la capacidad de Ivanovic para revertir la situación. En las oficinas del Buesa Arena también se ha agotado la fe, aunque el propio Querejeta ha sido siempre el principal adalid de un entrenador talismán, en el que ha confiado ciegamente no sólo por los títulos que ha recolectado para las vitrinas de la entidad, sino también por su capacidad para controlar el vestuario, algo que otros no han sabido hacer y les ha costado el cargo. La relación entre la directiva y el técnico montenegrino, no obstante, se ha deteriorado en los últimos meses.

A pesar de la renovación por dos años que el dirigente puso sobre la mesa en junio de 2011, el pasado verano resultó complicado para este consolidado matrimonio. El hecho de que el cuadro azulgrana quedara fuera por primera vez en su historia de la segunda fase de la Euroliga y el discreto rendimiento ofrecido en el resto de competiciones resultaron razones de peso para que la directiva tratara de forzar el cambio. El club, que previamente había alcanzado un acuerdo verbal con Sito Alonso, le planteó a Ivanovic una rebaja de sueldo que ninguna de las dos partes ha aclarado nunca si llegó a ser aceptada pero que podía -y debía- ser interpretada como una invitación para que estudiara las ofertas que pudieran llegarle de otros grandes equipos del continente. En todo caso, al final el plan de los rectores baskonistas se vino abajo porque Ivanovic no halló acomodo en Grecia.

Sito Alonso, que llegó a lanzar un órdago al Lagun Aro y que al final tuvo que rectificar para renovar con los donostiarras, aguardó ante la posibilidad de que Olympiacos o Panathinaikos, dos grandes en busca de nuevo técnico, pudieran reclamar los servicios del montenegrino. Pero al final esta opción no fructificó y la directiva azulgrana asumió la continuidad de Ivanovic con la esperanza puesta en que su experiencia y su demostrada capacidad para sacar rendimiento al equipo permitieran explotar al máximo el potencial de un plantel rejuvenecido. En vista de los resultados, no ha sido así. Y Querejeta se enfrenta ahora a una decisión durísima.

El máximo mandatario del Baskonia todavía no ha tomado ninguna decisión, pero esta misma semana, en vísperas del encuentro ante el Olympiacos, ya le trasladó al propio Ivanovic su preocupación en torno al rumbo que estaban tomando los acontecimientos. El del viernes era, por así decirlo, un examen final para el nuevo Caja Laboral, y el técnico lo suspendió con estrépito. Más que por el juego y por el resultado pésimos ambos, por la imagen caótica que evidenció el equipo y el descontento que generó en las gradas.

El club, en todo caso, ya ha comenzado a moverse en el mercado. Fuentes consultadas por DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA han confirmado que se ha tanteado la situación de Svetislav Pesic, un técnico que gusta mucho en el Buesa Arena y que hace dos años, antes de que se decidiera finalmente por renovar a Ivanovic tras el tercer título liguero de la historia del club, ya estuvo a punto de recalar en Vitoria.

Pesic, que en julio abandonó el banquillo del Estrella Roja, ocupa ahora el cargo de seleccionador de Alemania, al que debería renunciar para poder entrenar en la ACB en virtud de la normativa vigente. Esta circunstancia podría motivar que el veterano y laureado preparador serbio pudiera exigir algún compromiso que excediera la presente campaña para firmar.

En cualquier caso, todo queda a expensas de que Querejeta dé el paso y adopte quizá la decisión más complicada de su mandato. Al margen de sentimentalismos, es una medida con un alto coste económico.