Vitoria. Aunque Dusko Ivanovic aseguró en vísperas de viajar a Milán que todos los partidos que le esperaban al Caja Laboral en una Euroliga que había iniciado con dos derrotas iban a ser finales, parece complicado que ninguno de los que quedan por delante tenga el peso clasificatorio que alberga el que acogerá este viernes el Buesa Arena. Tras haber desperdiciado dos balas ante Efes y Cedevita, el conjunto azulgrana no puede permitirse otro error en casa. Debe ganar a Olympiacos y, a ser posible, superar el average particupar para seguir creyendo en la clasificación para el Top 16. Será un partido difícil para el que Ivanovic podrá contar con el jugador más talentoso de su plantilla.
Nemanja Bjelica se vestirá de corto el viernes en el Buesa Arena. El combo serbio, que no jugó en Valencia como consecuencia de unos problemas musculares, acudirá a la cita en la que el baskonismo confía que cambie el rumbo de la travesía continental del equipo. La lesión que le impidió participar en el extraño duelo de La Fonteta no reviste gravedad. Las pruebas a las que fue sometido el balcánico refrendaron que no se ha producido rotura de fibras en el gemelo. El jugador sufrió un golpe y las secuelas del mismo fueron las que aconsejaron que no tomara parte en el encuentro ante el equipo de Velimir Perasovic.
Conscientes de la relevancia de la cita que aguardaba el viernes, los responsables del cuadro azulgrana prefirieron simplemente reservar a un jugador que se ha revelado fundamental para el juego de un equipo que anda corto en cuanto a efectivos para su juego interior. Ante el Olympiacos, que además se ha reforzado recientemente con la llegada de otro NBA como Josh Powell para suplir la marcha del exbaskonista Joey Dorsey, hará falta que el equipo mantenga el nivel de juego regular que le ha faltado en anteriores compromisos europeos.
Una derrota ante el combinado heleno dejaría ya sí de manera definitiva casi eliminado a un Baskonia que en tal caso se vería obligado a vencer en las pistas de Zalgiris o Efes, los dos equipos que dominan el grupo, y asegurar las victorias en las dos citas restantes de Vitoria.
Nadie quiere hacer cálculos que arranquen con la premisa de que Olympiacos pueda escapar de la capital alavesa con el triunfo. Ya en Atenas los pupilos de Ivanovic demostraron estar capacitados para tutear al campeón continental, que al igual que el pasado curso malvive en la primera criba pero tiene pinta de que con el tiempo irá creciendo. Quizá por eso resulte tan fundamental el choque del viernes. El equipo gasteiztarra tiene en su mano deshacerse de un rival que ha pasado por momentos de duda en la primera vuelta, a pesar de que en la competición helena gobierna la clasificación con autoridad y sin haber sumado una sola derrota en las primeras cinco jornadas.
La presencia de Nemanja insuflará algo más de confianza a la afición azulgrana, habituada ya a no saber qué versión del equipo toca ver cada partido. El viernes sólo puede valer una. La buena.