Vitoria. Dusko Ivanovic lo advirtió hace una semana: "A partir de ahora todo lo que nos quedan en la Euroliga son finales", aseveró el técnico montenegrino. No le faltaba razón. Tras haber emprendido su marcha en la Euroliga con dos derrotas, al Caja Laboral le queda poco margen de error. Y menos aún en el Buesa Arena, donde esta noche recibe la visita del que puede considerarse como el gran aspirante a acabar la primera fase como primero de grupo. El propio Ivanovic definió así ayer al Anadolu Efes de Oktay Mahmuti: "Dentro de nuestro grupo, que es el más fuerte, es también el equipo más fuerte. Tiene jugadores como Farmar o Vujacic que son muy desequilibrantes", aseguró.

En realidad el rival importa lo justo. Ivanovic tiene claro que no puede permitirse una nueva derrota en Vitoria si quiere espantar los fantasmas de una segunda eliminación europea a las primeras de cambio. Y en esa línea ha estado tratando de concienciar a sus hombres de lo que se jugarán esta noche. No es un partido más. Es un duelo del que el cuadro azulgrana puede salir reforzado tras haber enderezado de manera definitiva su rumbo en la Euroliga o, por el contrario, muy urgido de cara a futuros compromisos.

Para alivio del balcánico y de todo el baskonismo, Andrés Nocioni ha cumplido los pronósticos de los que creían que iba a pasar de los pronósticos. O sea: el Chapu, al que hace apenas seis días se le diagnosticaron entre siete y diez de reposo por el esguince cervical que sufrió en Milán, se colocará en primera línea del frente. "Está hecho de una pasta especial", concedió Ivanovic, que no quiso alabar en exceso la evidente mejoría que ha mostrado el equipo en las dos últimas citas.

"Sólo hemos dado el primer paso. Todavía no estamos al nivel que tenemos que estar. Yo quiero luchar por todos los títulos que hay en juego este año. Pero para poder luchar a ese nivel tenemos que estar mucho mejor que ahora", se sinceró un Ivanovic que ya dejó claro que Taylor Rochestie no podrá forzar para volver a las pistas en el encuentro de esta noche. El base con pasaporte montenegrino, que ya entrena con el equipo, podría estar ante el Barça.

En citas como la que hoy acoge el Buesa Arena entran en juego muchos factores. El Efes dispone de armas para imponer respeto al rival más pintado. Los equipos grandes tienen gente grande, mucho peso y centímetros en la pintura. Ivanovic sabe que por ahí, pese a la vuelta de Tibor Pleiss, podría surgir un problema. Pero no le concede la mayor importante porque, como señaló, los factores que él considera determinantes tienen que ver más con la preparación mental de sus pupilos que con su altura.

"Yo creo en estos jugadores, independientemente si tenemos juego interior o no. No es cuestión de tener. Es cuestión de tener gente que quiere jugar, que cree", evangelizó Ivanovic. Hoy sus jugadores deben seguir al profeta.