Vitoria. Para un equipo todavía en fase de rodaje como es el del Caja Laboral, renovado en cuanto a nombres y aún pendiente de definición, contar en plantilla con dos jugadores con tanto peso específico como Andrés Nocioni y Fernando San Emeterio resulta todo un lujo. Los dos hombres que curiosamente comparten la posición de tres en la plantilla azulgrana -aunque por su versatilidad compartirán muchos minutos en cancha durante el curso- están cuajando un excelente arranque de temporada.

El argentino está incluso superando los pronósticos de los más optimistas. Su hambre le mueve. Y el equipo se beneficia muchísimo de esta circunstancia. No en vano, en una competición tan huérfana de iconos, de estrellas, Nocioni no tendría por qué recibir menos consideración en el panorama nacional de la que reciben otros jugadores que han regresado de la NBA. Pero así sucede a pesar de que en las dos primeras jornadas se ha erigido en un auténtico bastión para su equipo.

San Emeterio, que en Zaragoza fue de los pocos que mantuvo la compostura y trató de dar la cara, no parecía alcanzar el inicio de ACB en su plenitud física, pero su sólida actuación ante los sevillanos zanja las dudas. El cántabro cerró el partido con 12 puntos y una carta inmaculada de tiro (2/2 en tiros de dos, 2/2 en tiros de tres y 2/2 en tiros libres), 5 rebotes y 5 asistencias y se confirmó, una vez más, como una de las piezas más fiables del combinado gasteiztarra. Además, como suele ser habitual, lo hizo sin apenas hacer ruido, dentro de la buena línea que mostró todo el equipo.