Vitoria. Más allá de exhibiciones puntuales, lo que está arrojando la pretemporada del nuevo Caja Laboral, que el lunes vivirá en Miribilla su último capítulo, es la impresión de que Dusko Ivanovic va a disponer el próximo curso de un equipo profundo. Aunque todo queda sujeto a que las lesiones no sigan mermando su potencial, el plantel azulgrana parece diseñado para brillar de una forma democrática, donde cada pieza tendrá ocasión de aportar su grano de arena en la búsqueda de unas metas comunes.
El ejército azulgrana ha recibido nuevos reclutas. Y su sargento de hierro habrá tomado buena nota de que, en la mayor parte de los casos, estarán listos en breve para la batalla. Los cuatro jugadores que ayer se estrenaron con la elástica baskonista bajo la cúpula del nuevo Buesa Arena tienen un papel definido en los esquemas de Ivanovic. Si bien ayer alguno de ellos no pudo celebrar su estreno con un partido redondo, incluso en algún caso por debajo de lo que había venido exhibiendo en ensayos previos, lo cierto es que la imagen global que pudo llevarse la gente de los refuerzos debió de ser bastante positiva.
Tibor Pleiss está recibiendo un curso acelerado de cómo convertirse en el pívot de referencia de un equipo de primer nivel continental nada más bajarse del avión. El germano lo comentaba el otro día. Sin tiempo para conocer a sus nuevos compañeros, recién llegado del Preeuropeo en el que firmó unas estadísticas esperanzadoras se tuvo que vestir de corto y empezar a disputar partidos. En el de ayer se vieron sus virtudes y sus vicios. En un partido en el que el cinco rival firma 25 puntos y se va a los 24 de valoración resulta complicado conceder un sobresaliente a su teórico par. Pero Pleiss, que volvió a ocupar más banquillo del necesario por culpa de su tendencia a acumular faltas personales, acabó convirtiéndose en protagonista de una victoria que selló con dos acciones que valen oro. Primero aumentó la ventaja baskonista con un rebote ofensivo providencial que no bajó y transformó en dos puntos. Y después convirtiendo dos tiros libres en un momento en el que a muchos jugadores -y de eso pueden dar fe los italianos- les tiemblan las piernas.
Fabien Causeur, quizá el jugador que más dudas generaba antes del partido, tuvo tiempo para enmendarse. Tras haber iniciado algo dubitativo el partido, en el tercer cuarto se convirtió en el principal estilete anotador del Caja Laboral y, con ocho puntos seguidos, dejó el duelo casi visto para sentencia.
Los dos nuevos bases azulgranas no pudieron ofrecer sus mejores prestaciones en su debut en el Buesa Arena. Carlos Cabezas, que había brillado con luz propia en el Triangular de Logroño, estuvo ayer más discreto. Aunque en descargo del costasoleño habría que contar el hecho de que Ivanovic quiso ser extremadamente equitativo en la distribución de minutos con sus tres bases. En esta tesitura tampoco pudo dar lo mejor de sí Rochestie, que se encuentra en otro punto, puesto que todavía se le ve un tanto perdido y debe aprovechar la última semana de ensayos para asimilar los sistemas de Ivanovic.