Logroño. La serie eliminatoria de semifinales de la pasada ACB arrojó pocas lecturas positivas para un Caja Laboral que por segundo año consecutivo quedó fuera de la final liguera. Pero hubo algunas. En primer lugar, el equipo de Dusko Ivanovic exhibió cierta capacidad para mirar a los ojos a un rival poderoso como el Real Madrid, algo que por como había marchado la temporada parecía una quimera, pero además permitió contemplar la versión más ilusionante que hasta la fecha se ha visto en la capital alavesa de un Nemanja Bjelica al que le llega la hora de la verdad.

El jugador serbio se declara preparado para aceptar el reto que se le presenta. La marcha de Prigioni y Teletovic, dos jugadores de gran peso en los esquemas de Ivanovic, ha abierto las puertas de manera democrática en el seno de un equipo que, como decía anteayer Fernando San Emeterio, puede que tenga precisamente en su poderoso colectivo su principal virtud. El alero cántabro destacaba esa pluralidad anotadora y de protagonismo que, bien gestionada, puede conducir al éxito, aunque entre la hinchada baskonista se espera que algunos jugadores den un paso al frente. Y en ese grupo se encuentra Nemanja. "Sí, es un año para dar un paso adelante. Especialmente porque el pasado curso pude alcanzar un buen nivel a final de temporada y me gustaría seguir en esa línea", se confiesa el internacional serbio. "Es mi tercer año aquí, tengo ahora más experiencia y haré lo posible para mejorar y, sobre todo, para colaborar a que el equipo mejore", añade.

El fichaje de Bjelica, hace ahora dos veranos, supuso un soplo de aire fresco para un club que no acababa de atinar en los últimos ejercicios con la contratación de jóvenes promesas. Su polivalencia, esa capacidad para jugar de casi todo, generó toneladas de ilusión en las gradas del Buesa Arena. En la Supercopa de 2010, cuando se estrenó con la camiseta azulgrana, un murmullo recorría el coliseo de Zurbano cuando le llegaba el balón, aunque poco a poco ese sonido fue languideciendo. Hasta esa eliminatoria de semifinales ante el Madrid.

"Estamos preparados para aspirar a jugar finales y deseamos jugarlas", se muestra ambicioso el jugador nacido en Belgrado. "Pero hemos de pensar en el primer partido contra el Zaragoza antes de nada. Hay que ir paso a paso si queremos ganar algo pero, por supuesto, queremos ganar algo", apunta Bjelica, que se conjura para por fin devolver algo tangible que compense las enormes expectativas que, a pesar de los altibajos, genera su figura entre los hinchas del conjunto azulgrana. "Queremos ganar un título, especialmente por esta afición. Tenemos la mejor afición de la liga. Queremos hacerlo por la afición, por la ciudad y por nosotros, porque necesitamos ganar un título y sabemos que podemos", proclama, de nuevo, con ambición.

La configuración de la plantilla, muy corta de jugadores interiores y comprometida por las estrecheces económicas y la imposibilidad de hallar acomodo en otro club a Heurtel, puede determinar en cierta medida el rol que Nemanja deberá asumir este próximo curso. Y parece que lo que Dusko le tiene reservado es un puesto de cuatro, en principio titular. El serbio lo asume. Quiere jugar. Pero también confiesa que se sentiría más cómodo actuando en una posición más lejana al aro.

"He estado jugando como alero para Serbia en el Preeuropeo. Ahora estoy jugando de cuatro... Realmente no me importa en qué posición jugar, porque para mí lo importante es que el entrenador confíe en mí cuando juegue. Pero incluso hace tres años jugué como escolta para Pesic en el Estrella Roja. En todo caso, con tal de ganarme la confianza del entrenador, la posición no es importante para mí", explica el jugador serbio, a quien todo el mundo señala en estos albores del curso. Este debería ser su año. Tiene que dar un paso al frente y dice estar preparado para ello.