Vitoria. Josean Querejeta parece reacio a permitir que una anomalía en la rodilla de Taylor Rochestie frustre el que se acogía entre la hinchada baskonista como uno de los fichajes más ilusionantes del presente curso. Pero tampoco quiere que ese potencial problema pueda suponer un perjuicio económico para el club en un futuro más o menos próximo. La directiva del Caja Laboral aguarda la opinión de varios expertos a los que ha remitido el caso antes de tomar una decisión definitiva sobre el futuro del jugador, aunque incluso en la hipótesis de que los médicos externos den vía libre a su contratación, buscará una fórmula para tener las espaldas cubiertas.

El club, que confía en tener entre hoy y mañana una respuesta definitiva, pretende negociar con el agente del jugador la inclusión de una cláusula en su contrato que permita a la entidad del Buesa Arena cortar al base montenegrino en caso de que se produjera una lesión derivada de esa descompensación detectada durante el examen médico al que fue sometido el pasado jueves. Si la directiva azulgrana consigue cerrar un acuerdo con los representantes del jugador -y los médicos dan el ok definitivo-, Rochestie firmará su contrato y podrá lucir de azulgrana. De lo contrario, la interesante y complementaria pareja de directores de juego que compondría junto a Carlos Cabezas podría acabar esfumándose sin remisión.

El Baskonia tiene la sartén por el mango en la negociación. Dispone del acuerdo que se alcanzó en su día, de las pruebas firmadas por el jefe de sus servicios médicos que avalan el potencial riesgo de lesión e incluso del deseo del jugador de poder formar parte de un club de Euroliga en el que dar definitivamente el salto de calidad que ha venido buscando durante los últimos años. Además Rochestie, a pesar de que su excelente actuación en el reciente Preeuropeo a buen seguro le garantizaría más de una oferta alternativa, ha dejado claro que su deseo pasa por completar el fichaje que se cerró a finales del mes de julio.

La afición del Baskonia, que lo contemplaba como uno de los grandes alicientes de una plantilla que sigue generando dudas, puede respirar tranquila. Teniendo en cuenta la postura actual de ambas partes, lo anormal sería que la relación se quebrara. Y en cualquier caso, la gravedad de la anomalía detectada en un principio tampoco invita a pensar en un problema de grandes dimensiones, sobre todo a corto plazo. Rochestie, sin ir más lejos, promedió más de 25 minutos por cita en el pasado Preeuropeo y no ofreció en ningún momento síntomas de merma física a raíz de una dolencia que ya arrastraba entonces.

Las dudas surgen en torno al futuro. Y es ahí donde se fundamentan los temores del club, que en la actual tesitura económica desea tirar de prevención antes de tener que lamentar dentro de unos meses una baja que dejaría un menor margen de maniobra. Así las cosas, a comienzos de esta semana se resolverá el dilema. En principio, el que rodea al caso de Rochestie, aunque también sigue pendiente de resolución la situación de un Thomas Heurtel al que Ivanovic está concediendo minutos en el escaparate que supone el Torneo de Angers.

Una eventual rescisión del acuerdo con el timonel montenegrino podría conceder opciones a un jugador al que tanto directiva como técnico consideran demasiado verde para asumir la responsabilidad de ejercer como segundo base del equipo. En vista de lo que sucedió el pasado año, una cesión aparece como la solución perfecta. Pero no está resultando en absoluto sencillo dar con un equipo capaz de asumir el coste de su elevada ficha. Y el Baskonia tampoco está poniendo demasiado de su parte al pretender, como sucedió en las negociaciones con el Cajasol de Aíto, ahorrarse casi todo el salario.

Al margen de lo que suceda con los bases, los focos de los responsables del área deportiva han vuelto a centrarse en la escasez de piezas en la pintura. Más aún tras las inoportunas lesiones de Maciej Lampe y Milko Bjelica. El Baskonia se ha zambullido de nuevo en un mercado bastante yermo de gangas en busca de un jugador interior que termine por compensar el plantel. Siempre con la máxima de no fichar si no se encuentra nada que mejore lo existente, el hecho de que las lesiones de sus interiores se hayan producido de manera simultánea pero en pretemporada ha acabado por suponer casi una bendición. Sobre todo porque ninguno de los dos parece tener nada grave. A Lampe se le diagnostican de dos a tres semanas de baja. Milko conocerá mañana el alcance de su lesión.