Vitoria. Casi un mes después de iniciar un exigente trabajo de pretemporada y a punto de recibir la llegada de los internacionales convocados para el Preeuropeo, que ayer echó el telón, el Baskonia toma hoy (20.00 horas) contacto con el balón con la disputa del primer amistoso. La localidad francesa de Rennes acoge la entrega inicial del Torneo de Angers, un clásico que vuelve a formar parte del calendario azulgrana para calentar motores e ir afinando la puesta a punto de cara al comienzo liguero previsto a finales de mes en el Príncipe Felipe de Zaragoza. Enfrente estará el Le Mans, una inmejorable piedra de toque que en breve disputará la fase previa de la Euroliga tras quedarse el pasado ejercicio a las puertas del título de la LNB con su derrota en la final ante el Chalon.
Exequipo de Taylor Rochestie y dirigido desde el banquillo por el estadounidense John David Jackson, cuenta entre sus filas con reputadas piezas como el menudo base Khalid El-Amin -de ingrato recuerdo en el Buesa Arena tras aquel letal triple cuando militaba en el Lietuvos Rytas-, el fibroso internacional galo Charles Kahudi, un viejo conocido de la ACB como Victor Cuthbert o los fornidos interiores Joao Paulo Batista y Alain Koffi. En espera de que esta noche se reincorporen Pleiss y los dos Bjelica -mañana lo hará Rochestie tras someterse en Vitoria al reconocimiento médico-, Ivanovic verá menguada la rotación. La presencia de los temporeros Hernández-Sonseca y Milosevic servirá para mitigar la falta de efectivos en la pintura, donde el preparador azulgrana únicamente contará con el renqueante Lampe y la puntual colaboración de Nocioni como falso cuatro.
La cuerda exterior, en cambio, se encuentra prácticamente al completo con la presencia de Cabezas, Oleson, Causeur, San Emeterio y Heurtel, cuya condición de transferible no le impedirá exhibirse en un escaparate idóneo para que el Caja Laboral satisfaga uno de sus grandes objetivos desde el inicio del mercado estival. La marcha del uno nacido en Beziers se antoja crucial para liberar una plaza de la plantilla y abrir la puerta a un posible fichaje, un deber que de momento ha quedado aparcado hasta que Ivanovic detecte con más certeza las carencias del equipo.