Vitoria. Dusko Ivanovic puede sentirse satisfecho con los movimientos que ha realizado la directiva del Baskonia durante el verano para tratar de configurar la plantilla más competitiva posible en estos tiempos de crisis. Quizá por las apreturas económicas, o a pesar de ellas, lo cierto es que los movimientos de fichas de los rectores del club azulgrana ofrecen como resultado una de las plantillas más polivalentes que se recuerdan en los últimos tiempos. Un colectivo que, al menos a priori, parece casar y mucho con los gustos del preparador montenegrino.
Josean Querejeta y sus colaboradores han trabajado a la contra este verano. La imposibilidad de hallar una salida para Ivanovic que habría facilitado el relevo natural en el banquillo supuso el primer cambio de rumbo para una directiva que daba por hecho el aterrizaje de Sito Alonso en la capital alavesa. A partir de ahí, más o menos condicionado por las limitaciones económicas que están ajustando tanto el mercado, todos los movimientos fueron encaminados a esculpir un plantel que pudiera volver a encajar con Ivanovic. Y da la impresión de que el resultado coincide con el objetivo inicial.
La llegada de Cabezas supone el remedio más efectivo al que el Baskonia podía asirse para solventar la inesperada salida de un Prigioni que tenía ya apalabrada su renovación. Tras la imposibilidad de cambiar de técnico, la marcha del timonel argentino se convirtió en el segundo revés de un verano en el que no todo ha salido como hubiera sido deseable. Pero la reacción, desde un punto de vista objetivo, resulta notable, sobre todo tras la contratación de un jugador que puede aportar ese punto de mando, experiencia y carácter que perdió el vestuario azulgrana tras el fichaje de Prigioni por los Knicks. En el mercado, por descontado, no había nada que se acercara en todos los apartados que buscada el club al director de juego malagueño, a quien los expertos consideran un base que encaja como anillo al dedo en la filosofía baloncestística del sargento de hierro del baskonismo.
A partir de ahí, Ivanovic tiene entre manos un equipo notablemente polivalente. Joven y con limitaciones evidentes en algún aspecto, que los nuevos y los que estaban deberán minimizar, pero también con un potencial al que el técnico debe sacar partido.
Más allá de que, por filosofía, la azulgrana es una plantilla viva, que no puede darse nunca por cerrada, da la impresión de que no habrá mucho cambio de fichas más antes de que arranque la temporada de forma oficial. A expensas de posibles salidas -la directiva sigue trabajando para lograr la de Heurtel-, Ivanovic tiene a los once jugadores que afrontarán el inicio de la ACB con el Caja Laboral, que no tienen por qué ser los mismos que cierren la competición dentro de ocho meses.
Cabezas representa el contrapeso para la inexperiencia de Rochestie en el puesto de base. Ivanovic parece que podrá repartir los minutos entre el veterano y la apuesta, una pareja que aporta más garantías incluso que la del pasado año, donde un Prigioni celestial tuvo que acumular más minutos de los deseados ante la falta de pujanza de Heurtel. A finales de curso, este desequilibrio acabó pasando factura.
La composición del perímetro se erige como el epicentro de la versatilidad de esta plantilla. Pero también como una gran incógnita, dada la necesidad de que alguno de los exteriores asuma por fin el protagonismo anotador que tanto ha echado en falta el Baskonia desde la marcha de Igor Rakocevic. Oleson está obligado a dar un paso adelante y Causeur, cuya rápida adaptación puede resultar determinante, a ofrecer competencia. San Emeterio, Nocioni y Nemanja Bjelica se distribuirán los minutos en el puesto de tres, y seguramente también en el de cuatro, donde -Calbarro al margen- Ivanovic sólo dispone de Milko Bjelica.
La renovación automática de contrato del montenegrino en junio ha atado en cierta medida las manos a los rectores azulgranas a la hora de completar la nómina de jugadores interiores, de lo poco que parece estar sujeto a cambios. Lampe y Pleiss, que está arrojando excelentes sensaciones en el Preeuropeo, ofrecen garantías en el puesto de pívot. Habrá que ver si con Milko y los apoyos de Nocioni y Nemanja se sostiene un juego interior que el pasado año resultó un quebradero de cabeza. La polivalencia, quizá la mayor virtud de este equipo, puede ofrecer una respuesta positiva a estas incógnitas.