Vitoria. La historia de un jugador de baloncesto puede escribirse a través de los posos que dejó en la memoria de los diferentes entrenadores que lo tuvieron a su cargo. A Carlos Cabezas se le puede dibujar con los retazos que ofrecen los técnicos con los que ha jugado. Y el esbozo, conforme se suman opiniones, cobra forma y se transforma en un retrato. El retrato de un jugador que siempre quiere ganar.
Charly Sainz de Aja, responsable de aquella mítica camada de jugadores que conquistó la medalla de oro en el Mundial junior de Lisboa en 1999, Ramón García, director de la cantera de Unicaja, y Mario Pesquera, uno de los seleccionadores nacionales que a lo largo de la última década han contado con el malagueño en el equipo nacional, ofrecen un perfil tan unívoco, que surgen pocas dudas sobre lo que Cabezas podrá ofrecer al Baskonia. Ante todo, todos ellos destacan el carácter ganador de un jugador que siempre ofrece el máximo y al que contemplan como una pieza importante para cualquier vestuario. Ninguno de los tres lo duda: todos coinciden en señalar que Josean Querejeta ha acertado de pleno en su fichaje. Ni siquiera dudan de que pueda venirle grande el cometido de llenar el socavón que quedó en la posición de base tras la marcha de Pablo Prigioni a los Knicks.
"Creo que el Baskonia ha dado en el clavo. Su fichaje es un acierto", asegura Sainz de Aja, el técnico que gobernó en sus albores a la que el tiempo ha consolidado como la mejor generación de jugadores del baloncesto español. Entre aquellos junior de oro que se proclamaron campeones del mundo se encontraban Pau Gasol, Juan Carlos Navarro, Raúl López, Berni Rodríguez, Antonio Bueno, Germán Gabriel y Felipe Reyes. Carlos Cabezas, uno de los últimos en llegar al grupo, supo hacerse un hueco. "Fue un gran complemento para Raúl, que entonces era el titular", recuerda el técnico. "Sin embargo, cuando los partidos se apretaban, acababan jugando muchas veces los dos juntos, porque Carlos además tiene muy buen tiro exterior y por aquel entonces, aunque es un base, se adaptaba también a la posición de escolta", añade.
El nuevo jugador baskonista, que esta mañana se pondrá a las órdenes de Dusko Ivanovic, ya demostraba en su adolescencia baloncestística ese apetito insaciable, esa necesidad de apretar para hacerse espacio. Lo ha vuelto a conseguir. Tras su frustrada búsqueda de gloria en Moscú y cierta dosis de mala fortuna que lo apartó de los grandes de Europa, Cabezas reunió méritos para gozar de una segunda oportunidad. "Ha estado apartado de la élite, pero no de la calidad", apunta Sainz de Aja. "Es un gran competidor. Entrena y juega siempre con la máxima intensidad. Se sabe adaptar a cualquier situación".
"En Zaragoza parecía que estaba en su segundo año de senior. Físicamente está hecho un toro", considera Ramón García, cabeza visible de la cantera de Los Guindos que tuvo durante tres temporadas a su cargo a Cabezas. "No creo que tenga problemas para adaptarse a Dusko. Sade adonde va. Y lo hace con muchísima ilusión. Si es capaz de aguantar físicamente, que creo que podrá, pienso que el Baskonia ha hecho un excelente fichaje", añade el técnico de Unicaja.
Mario Pesquera, seleccionador español entre 2003 y 2005, considera que Cabezas "tiene una excelente condición física y todavía puede dar mucho baloncesto de calidad". El preparador leonés, que califica al nuevo base azulgrana como un jugador "que necesita y da mucho cariño", destaca ante todo la importancia del malagueño a la hora de hacer grupo en los vestuarios. "Es un jugador que trabaja siempre con muchas ganas. Tiene carácter ganador y siempre lo transmite a los equipos donde juega", asevera. "Fuera del campo también trabaja mucho para el equipo. Hace grupo. Y eso es muy importante en un vestuario como el del Baskonia que cambia tanto de jugadores", añade Sainz de Aja.
Los tres entrenadores coinciden a la hora de señalar los puntos fuertes del timonel. Redundan en términos como carácter, intensidad, capacidad defensiva, físico privilegiado o buen tiro exterior. Pero todo eso queda relegado a un segundo plano ante lo que describen como un profundo conocimiento del juego, virtud de la que no puede carecer ningún base de primer nivel. "Ante todo es un gran jugador de equipo, pero que sabe también tomar decisiones individuales y aportar cuando las cosas se complican", apunta Sainz de Aja. "Además sabe adaptarse a cualquier situación de juego. Puede correr o jugar en estático", añade el técnico con pasado estudiantil.
muy motivado Otro aspecto que consideran positivo de la contratación del base andaluz es el referido a su experiencia en la ACB, la Euroliga o la Copa. En definitiva, en las competiciones por las que el Caja Laboral volverá a pelear esta temporada. "No creo que vaya a necesitar demasiado tiempo de adaptación. Sabe cómo trabaja Dusko, ha estado trabajando por su cuenta para llegar en buen estado físico y conoce perfectamente las competiciones en las que va a jugar", explica Ramón García. Pesquera, sin querer ahondar en si su rendimiento futuro puede o no colmar las expectativas, no duda a la hora de aplaudir la decisión de la directiva azulgrana: "Me parece un gran fichaje, la verdad", afirma.
A todas esas virtudes que los técnicos atribuyen al timonel malagueño hay que añadir un intangible de valor incalculable. No es ningún secreto que no todos los jugadores están preparados para trabajar a las órdenes de Dusko Ivanovic. Se precisa una motivación que de la que no todos disponen y de la que Cabezas parece llegar sobrado. "La última vez que hablé con él estaba ilusionadísimo con el fichaje. Y eso es muy importante", confiesa su paisano Ramón García. "Quería jugar en Euroliga y ha conseguido llegar a un equipo importante. Se lo ha ganado", añade.
"Al equipo le va a venir muy bien, sobre todo en Euroliga. Llega muy motivado", se suma a esta idea Sainz de Aja, que considera a Cabezas como un director de juego que "encaja a la perfección con Dusko" y como un jugador "muy parecido" en cuanto al papel que ejerce en la cancha a Pablo Prigioni.
El pasado habla bien de Cabezas. El futuro todavía está por escribir. Sin embargo, a tenor de los testimonios de estos técnicos, parecen infundadas las dudas que pudiera generar el fichaje de un jugador que parece fabricado a medida para jugar en este club, en este equipo, con este entrenador.