Vitoria. Pablo Prigioni ha abandonado Vitoria sin nombrar heredero. El emotivo acto de despedida del timonel argentino no logró más que hacer todavía más patente el vacío que su marcha deja en la dirección de juego de un equipo azulgrana que sigue sin resolver ni las entradas ni las salidas que se esperan desde hace tiempo. A expensas de cerrar las negociaciones con los equipos interesados en hacerse con la cesión de Thomas Heurtel, que son varios pero por el momento ninguno está dispuesto a asumir el coste que exige el club alavés, la atención de la afición sigue centrada en la contratación del base que compartirá con Taylor Rochestie la complicada labor de suplir a Prigioni al mando de las operaciones. Carlos Cabezas, que ya tiene incluso repuesto en Zaragoza, ha manifestado en sus círculos cercanos que su desembarco en el equipo azulgrana es cuestión de horas, aunque ayer la prensa eslovena añadió una incógnita a la ecuación cuando ligó el futuro de Jaka Lakovic al del combinado de Dusko Ivanovic.

La irrupción del esloveno en escena no deja de resultar curiosa justo ahora que parecía que las posturas en la negociación del fichaje de Cabezas parecían tan cercanas. Varias publicaciones del país balcánico fueron las primeras en hacerse eco de ese posible interés del conjunto vitoriano por hacerse con los servicios del base del Galatasaray, aunque fuentes próximas al club consultadas por este periódico achacaban la información al interés del agente del jugador por hallarle acomodo en un equipo de primer nivel toda vez que Ergin Ataman, su técnico en el cuadro otomano, ya ha manifestado públicamente que no cuenta en absoluto con él de cara a la próxima temporada.

En cualquiera de los dos casos, la primera opción del Baskonia sigue siendo la misma. Cabezas, un base sobrio, con experiencia en grandes competiciones y una capacidad de dirección quizá superior a la de Lakovic, que en los últimos años ha ejercido mucho tiempo como shooting guard, se mantiene como la mejor alternativa en un mercado yermo de gangas. Las conversaciones están avanzadas, aunque algo enquistadas a cuenta de la duración del contrato. Josean Querejeta, poco amigo de ofrecer compromisos de larga duración a jugadores veteranos por los que no va a obtener beneficio en el futuro, ha puesto sobre la mesa de negociaciones un año. El representante de Cabezas, que en noviembre cumplirá 32 años, exige dos.

La resolución de estas conversaciones, que se están extendiendo por su complejidad mucho más de lo esperado, quedan en cualquier caso sujetas a la salida de Heurtel. El Cajasol, que parecía el equipo mejor colocado en la puja, lanzó el pasado lunes un órdago económico con el fin de que el Baskonia aceptara asumir parte de la ficha del base galo. Y por el momento no ha fructificado.

Lo de Cabezas, antes de que surgieran los rumores sobre Lakovic, parecía una mera cuestión de tiempo, toda vez que el equipo maño, interesado en el fichaje de Esteban Batista, ha llegado a un acuerdo con el Baskonia para que no entre a igualar su oferta en el tanteo y ha hallado en Pedro Llompart, además, el relevo natural del jugador formado en la cantera del Unicaja. Cabezas, que antes de recalar en el CAI ya mantuvo conversaciones que no fructificaron con los rectores del equipo vitoriano, muestra una enorme ilusión ante la posibilidad de regresar a un equipo de primer nivel europeo.