Vitoria. Tras concretar hace días los fichajes de Fabien Causeur y Tibor Pleiss, el Baskonia avanza con las ideas claras hacia la configuración definitiva de su plantilla con ciertas ataduras derivadas de la incómoda normativa existente respecto a los cupos, una pesadilla para muchos conjuntos al carecer el mercado nacional de contadas piezas de calidad y por ver inflados los precios hasta límites insospechados. Fruto del acuerdo suscrito en mayo del año pasado entre todos los estamentos del baloncesto español, los equipos de la ACB se hallan en la obligación de atesorar cuatro o cinco jugadores de formación -conocidos antes como seleccionables- en función de si la plantilla está compuesta por once o doce elementos. En este sentido, los últimos movimientos en los que se está viendo implicada la entidad vitoriana le obligan a medir a la perfección cada paso dado y, de igual manera, calcular los riesgos que implica abrir la puerta a alguna de las piezas que ostenta en la actualidad esa codiciada vitola.

Prigioni, Ribas, Oleson, San Emeterio, Lampe y el residual Calbarro, cada uno con sus circunstancias personales, permitieron a lo largo de la pasada campaña al Caja Laboral evitar los agobios del pasado y cumplir sobradamente con la legalidad. No obstante, la profunda remodelación que se está cociendo en las oficinas del Buesa Arena deja en una posición de máxima debilidad a los escoltas y a ello se suma el hecho de que Prigioni no ha respondido todavía afirmativamente a la oferta de renovación que se le ha planteado. A la espera de conocer si los New York Knicks le trasladarán una proposición una vez se abra este domingo en la NBA el plazo para las negociaciones entre las franquicias estadounidenses y los agentes libres, su futuro se mantiene entre interrogantes si bien reina un moderado optimismo respecto a la resolución de su caso.

Operaciones ligadas En el caso de Ribas, el Valencia Basket le aguarda con los brazos abiertos con la indispensable premisa de que logre desvincularse en próximas fechas del vínculo contractual que le ata al Baskonia hasta junio de 2015 y aterrice con la carta de libertad bajo el brazo. Un hecho que aún no se ha producido pese al firme deseo levantino de que la operación cristalice cuanto antes. Prigioni ha aplazado su respuesta y esa inquietante demora tiene visos de estar ralentizando lo que parecía un seguro desembarco del exverdinegro en La Fonteta para aligerar la desmedida nómina de escoltas que figuran hoy en día en la capital alavesa.

Si el timonel albiceleste renueva por una campaña más y el Caja Laboral se asegura los cuatro jugadores de formación de máxima utilidad para el proyecto venidero, es factible que la rescisión de Ribas adquiera velocidad de crucero. De momento, e inducido por el pensamiento de un Velimir Perasovic que ya ha dado el visto bueno a la llegada de una pieza tan sacrificada, la entidad levantina se resiste a activar otras opciones nacionales apetecibles (Txemi Urtasun y Pablo Aguilar) para complementar a Rafa Martínez, San Miguel y Faverani mientras Josean Querejeta prolongue su indefinición.

De momento, los otros jugadores de formación azulgranas están a salvo de posibles conjeturas y albergan muchas posibilidades de conservar su taquilla en el Buesa Arena. Oleson, al que el Barcelona efectuó un acercamiento durante la pasada Copa del Rey tras los problemas físicos sufridos por Eidson que no ha ido a más con el paso de los meses, San Emeterio y Lampe verán renovada la confianza del club alavés salvo que alguna oferta millonaria llegue a las manos de Josean Querejeta. Se espera que el cántabro recupere el nivel que le erigió en el MVP liguero y que el polaco, con una pretemporada completa de acondicionamiento, eleve más si cabe las prestaciones ofrecidas en los últimos meses.