Vitoria. Si por algo se distingue el estético Real Madrid engendrado por Laso es por su centelleante capacidad para lanzarse a la carrera y destrozar a los rivales con un mal balance defensivo. El vestuario baskonista, como ayer subrayó San Emeterio, es consciente de que la llave de la final reside en hallar antídotos para minimizar esta temible virtud merengue que le permite sellar infinidad de canastas fáciles. "Hay mucha tela que cortar todavía. Será una eliminatoria muy dura como la del Bizkaia. Tenemos que controlar lo que ellos hacen muy bien, su contragolpe. Si corren, sobre todo en su casa, hay pocas opciones. Tenemos que hacer nuestro partido, intentar controlarlo en todo momento para llegar al final con opciones de ganarlo", justificó.
Entre las recetas para conseguirlo enumeró básicamente dos propensas a "no hacer pérdidas tontas ni dejarles que cojan rachas de jugar rápido y en transición porque así te sacan del campo. Sus contragolpes vienen de pérdidas y de malos tiros que provocan un rebote largo". En este sentido, el cántabro abogó por "defender como equipo" ante un elenco de estrellas donde no destacó a ninguna por encima del resto. "Una de las claves puede ser parar a Carroll, pero tienen otros jugadores decisivos. Llull viene de hacer una temporada muy buena, Felipe hace mucho daño por dentro, Tomic... Disponen de un equipazo", alabó un jugador renacido que apeló a un discurso ambicioso y no se conformó con ganar la primera entrega de la serie, prevista para mañana. "Es un tópico, pero es verdad. Hay que ganar el primer partido. Prueba de ello es hace dos años que fuimos a Barcelona con el objetivo de ganar uno de los dos, y al final vencimos en los dos", evocó.
El optimismo se ha apoderado del Caja Laboral, sumergido según San Emeterio "en un muy buen momento de forma" que es susceptible de coronarle campeón. "Todos estamos metidos y con ganas. En Bilbao, no sé cuántos equipos hubiesen ganado en esas circunstancias. Todos estamos aportando y sumando, sabiendo cada uno su rol y eso es fundamental", remarcó el exterior.
Cuestionado, por último, sobre la pubalgia que le ha martirizado a lo largo de las últimas semanas, también lanzó un mensaje tranquilizador. "Intento dar el máximo y ojalá las cosas sigan yendo bien para mí y el equipo. Sigo tranquilo, haciendo mi juego, y ojalá pueda seguir así porque al grupo le ayuda a ganar partidos. Todavía hay alguna molestia, pero nada que ver con el dolor que me hizo parar. Hay ejercicios y un trabajo de fortalecimiento para que no vuelva", concluyó.