vitoria. Fernando San Emeterio es uno más de la rutina diaria del Baskonia. Y esa es la mejor noticia para un jugador que lleva más de un mes entre algodones por culpa de la pubalgia que se le detectó a finales de marzo tras el partido doméstico ante el Estudiantes. Entonces comenzó su particular calvario que le ha obligado a perderse numerosas fechas del calendario y efectuar un sacrificado trabajo en solitario para poder regresar cuanto antes a la dinámica colectiva. Tras serle diagnosticado un nuevo parón justo unos días después de reaparecer ante el Murcia, todo hace indicar que el alero cántabro ha dejado definitivamente atrás su traicionera lesión y se confía en que no sufra otra recaída que, esta vez sí, encendería todas las alarmas en el Buesa Arena.

Cuestionado ayer el protagonista sobre su estado físico, San Emeterio se mostró rotundo. "Estoy mejor y toquemos madera para que todo siga así en próximas fechas. Puedo hacer casi todos los movimientos, así que estoy contento y con ganas de play off", resumió el pulmón baskonista, que rayó a un excelente nivel durante el último derbi ante el Bizkaia y aprovechará la final de la Euskal Kopa en Miribilla para adquirir un mejor tono físico.

Tanto su vuelta como la de Prigioni suponen un alivio para Ivanovic, que cuenta con diez efectivos -más el testimonial concurso de Unai Calbarro- para afrontar el tramo decisivo de la competición. Debido al maltrecho estado de ambos, la secretaría técnica contempló días atrás la posibilidad de acudir al mercado en busca de un refuerzo exterior que paliese estos contratiempos. Sin embargo, este rastreo ha quedado, de momento, aparcado a la vista de que el reposo y el trabajo de fisioterapia ha surtido efecto para acelerar su vuelta. Salvo que algún mirlo blanco de contrastada calidad y un profundo conocimiento de la ACB se ponga a tiro a un precio muy asequible para las arcas alavesas, no se espera ya ninguna cara nueva que incremente la mordiente del Caja Laboral para las series finales.