Vitoria. La retreta de San Prudencio sonaba a diez minutos de arrancar el encuentro que ubicaría al Araberri a tan sólo dos pasos de militar el curso próximo en la segunda categoría del basket estatal. Como si de un augurio se tratara la retreta en honor a San Prudencio, el Santo Meón, presidía los prolegómenos de un partido que, al igual que suele ocurrir cada 27 de abril, estaría pasado por agua.

El segundo cruce de los cuartos de final de la Adecco Plata en Mendizorroza sufrió dos parones, el segundo de apróximadamante hora y media, por culpa de una gotera, que vaciaron de manera notable las gradas de Mendi. Habrá que pedir cuentas a los responsables municipales pero, desde luego, estos percances no son de recibo en un pabellón que albergue este tipo de encuentros.

El speaker tomaba la palabra según se difuminaba la composición en honor a la provincia que inauguró el partido. Mendizorroza, era previsible, se había adelantado. Los nombres de los jugadores araberristas se iban enumerando entre vítores del público congregado en la antigua cancha baskonista dispuesta, ahora, para nuevas gestas.

Así el encuentro comenzaba tenso, con imprecisiones por parte de ambos equipos que tardaron dos minutos y medio en inaugurar el marcador. El partido se mantenía con ligeras ventajas gallegas hasta la entrada de Laerke en el segundo periodo quecontribuyó de manera determinante a inscribir un 7-0 en el electrónico que lo dejaba en 21-19. Entonces los gallegos aprovecharon su espigada y robusta batería interior mediante, paradojas del basket, el lanzamiento exterior. Javier Lucas era el responsable. Se llegaba al descanso con empate a 34.

El tercer cuarto fue el de los parones. El primero, tras un par de minutos. 36-37. tras la reanudación, Pinedo rompía el hielo con un triple. El partido seguía en un puño con ventajas que no superaban los tres puntos hasta llegar a los últimos compases de este tercer periodo. Arruti y Ausina se echaban el equipo a las espaldas para ceder a Carrera el cierre del cuarto con una magnífica bomba que ponía el 54-49. El partido volvía suspenderse.

En esta ocasión el parón se acercó a la hora y media, las gradas se desplobaron pero el encuentro se reanudaría hacia las 23.25 horas -el jefe de prensa de Araberri había anunciado que el reglamento les obliga a esperar cuatro horas- con canasta de Rivero.

Como a lo largo de todo el partido, las alternativas se sucedían para ambos equipos. Se llegaba al último suspiro con empate a 66 en el marcador. Los araberristas tenían la posesión y Ander Ortiz de Pinedo tiró de galones enchufando un triple de 8 metros. 69-66 y final feliz para esta clasificación pasada por agua.