vitoria. Los aficionados que se acercaron en la tarde de ayer hasta el Buesa Arena se encontraron con el jugador que tantas veces han echado de menos. Un escolta mortífero desde el perímetro que, en los momentos de más necesidad, se echa el equipo a la espalda y se convierte en el ejecutor del adversario. Ese fue ayer Brad Oleson. El de Alaska recuperó la mejor versión de sí mismo, la que deslumbró en Fuenlabrada y motivó su llegada a Vitoria para ser el más destacado del Caja Laboral. A un nivel igualmente brillante estuvo Maciej Lampe. El poste polaco poco a poco va dejando atrás los ecos de su grave lesión de cadera y, cuando el equipo le buscó, impuso su dominio en ambas zonas con puntos y rebotes. El trío de menciones especiales lo completa Pau Ribas, que aportó defensa, rebote y asistencias.
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